C hávez fue para Fidel un títere más, así como en su momento Fidel lo fue para Jrushchov. La relación de amistad no fue más que un disfraz que el tonto Hugo Chávez le creyó al astuto de Fidel que siempre se caracterizó por unirse al que más dinero tuviese y le pudiera ayudar a sobrevivir a los “ataques del Imperio”. Desde La Habana, el régimen castrista logró interferir en los asuntos internos de Venezuela; desde impartir órdenes a Chávez hasta dirigir sin descaro las Fuerzas Armadas del país suramericano. Nada ni nadie le dio un alto a Fidel; Chávez le abrió las puertas y al mismo instante le entregó nuestros recursos. Hugo Chávez y Fidel Castro tienen algo en común, ambos destruyeron a sus países y los hundieron en miseria y desolación. Creyeron que el comunismo era una vía neutral para combatir al “voraz” capitalismo pero cayeron en las garras de la ineficiencia y corrupción gubernamental. Ambos, con sus claras diferencias de edad y dialecto, enamoraron a millones pero no
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