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¡Hoy tengo un sueño! ¡Libertad para Venezuela!


Luego de nuestra Independencia, Venezuela aún no es libre

Hace doscientos años, un prócer venezolano, cuyo ideal libertario y sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la Independencia. Este trascendental héroe venezolano se convirtió en el libertador de América luchando por la libertad, por la democracia, por el progreso y el respeto de los derechos para todos por igual; luchó contra la injusticia, se enfrentó al régimen español y, con valentía, nos convirtió en una república que gritó ¡libertad! Llegó, esta anhelada libertad como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, doscientos años después, el venezolano aún no es libre; doscientos años después, la vida del venezolano es aún tristemente lacerada por las esposas de la censura, el miedo, la desesperanza y las cadenas de la opresión; doscientos años después, el venezolano vive en un hogar con hambre y en medio de un inmenso mar de corrupción; doscientos años después, el venezolano todavía languidece en las esquinas de la sociedad sin moral y se encuentra desterrando de la cultura en su propia tierra.

Parafraseando a Martin Luther King, hoy no le escribo a Bolívar, el de todos, sino a su pueblo, que a través de los años hemos librado luchas cívicas en la defensa por nuestros derechos en batallas históricas exigiendo respeto a la voz del pueblo, un pueblo libre que desde su choza libertad pidió. 

Venezuela, pertenece a todos los que habitamos en ella, con los mismos derechos y los mismos deberes, chavistas, opositores, todos con un solo nombre: VENEZOLANOS, ciudadanos todos, bajo una misma Constitución que rige nuestra República, que guía nuestros pasos, que orienta nuestra democracia y hace respetar nuestra voz, y que ningún gobierno puede reclamar autoridad con justicia, a no ser que esté basado en la voluntad de todo el pueblo.

Pueblo venezolano, hoy te pido que levantes tú voz ante el intento de cercenar tu voluntad, ante la injustica y la corrupción que inunda nuestra calles, ante el hambre que invade nuestros hogares, ante la violencia urbana que cada día nos cobra vidas inocentes; hoy te pido que hagas respetar tus derechos, que no te conviertas en esclavo de un seudolíder y cómplice de un régimen opresor. 

“He anhelado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que todas las personas vivan juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y que espero lograr. Pero si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir”. Citando a Nelson Mandela, en su discurso en el Proceso de Rivonia, quien defendió sus ideales, los de su pueblo, su libertad y dignidad.

Te pido que luchemos juntos por ésta amada tierra que nos vio nacer y a la que le debemos tanto. Por esa sociedad libre y democrática, donde nuestros familiares no tengan que emigrar a una nación donde sí se respete el derecho a la vida, donde nuestros abuelos tengan una vejez decente y nuestros niños no asistan a clases con el estómago vacío. 

Martin Luther King, en su histórico discurso “Yo tengo un sueño”, habló poderosa y elocuentemente de su deseo de libertad y justicia, mediante la verdadera protesta cívica y pacífica:

“Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma.”

Los valientes no son aquellos violentos, aquellos que combaten fuego con fuego o que van “ojo por ojo” y quedan los dos ciegos, los valientes no temen al perdón, si esto ayuda a fomentar la paz, no le temen a dialogar, si esto evita muertes de compatriotas. Lo que se obtiene con violencia solamente se puede mantener con violencia y esa no es la Venezuela que soñamos.

Los valientes venezolanos no hacemos la historia, estamos hechos por la historia, de una independencia que nace en nuestra tierra, de la libertad que rompió cadenas en un continente, de un hombre que defendió sus ideales hasta morir. Los valientes venezolanos estamos hechos por la historia de cientos de jóvenes que en batallas sin tregua dieron su vida por la libertad de Venezuela. Hoy valiente no es el que dispara, el que arremete o contraataca, ese es un cobarde. Valiente, es el venezolano que cívicamente y con contundencia, exige el respeto a sus derechos democráticos, protestando constitucionalmente en paz y en las calles. 

Ésta batalla, es para cambiar el nefasto presente que hoy padecemos y también el futuro, dependerá de lo que hagamos en el presente. Puede que todos hayamos venido en diferentes barcos a este muelle, pero todos estamos ahora en el mismo barco y, ese barco, es Venezuela.

Al igual que Martin Luther King, ¡Hoy tengo un sueño! ¡Libertad para Venezuela!



Orlando Chacón / @OrlandoChacon_.

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