La edición 25 de la Cumbre Iberoamericana, bajo la premisa de “Juventud, Emprendimiento y Educación”, generaba expectativa por la crisis que atraviesa Venezuela y el proceso de paz en Colombia
La XXV edición de la Cumbre Iberoamericana, se planteó previamente bajo las declaraciones del recién electo presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, donde criticaba la coyuntura política y la crisis humanitaria que se evidencia en el escenario Venezolano. Aunado a estas polémicas aseveraciones, la esperanza de un nuevo acuerdo de paz en Colombia, se planteaba como uno de los temas principales luego del plebiscito donde resultó ganadora la opción del no y el Premio Nobel al Presidente Juan Manuel Santos por sus esfuerzos para lograr la paz.
Los empresarios invitados del bloque Iberoamericano, expusieron libremente las implicaciones y afectaciones que está teniendo para el sector privado la situación de Venezuela. Así mismo, asociaron la realidad venezolana con la de Nicaragua, pero ésta misma, muy alejada a la de Ecuador -país “socialista”- y la hoy apertura económica para inversores de la nueva Cuba. La corrupción y la crisis política, han desencadenado que la también inversión privada en Brasil disminuya progresivamente, siendo el descenso más vertiginoso luego del mundial de fútbol y los juegos olímpicos de Rio.
Manifestándose sobre el riesgo de inversión, la propiedad privada y el derecho al trabajo, los empresarios manifestaron que la crisis en Venezuela compromete la seguridad jurídica, necesaria para la inversión, competitividad y bienestar social. Mismas condiciones que no son para nada iguales en países como Uruguay, México y Argentina con la remontada económica que vive con Mauricio Macri como presidente. La preocupación por el respeto al derecho del trabajo, motivaron la solicitud a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para que brinde su apoyo a la reanudación del dialogo tripartita con el gobierno y el sector privado en Venezuela, mientras que en Cuba, solicitaron que se garanticen las condiciones de los inversionistas con las leyes cubanas para la contratación de empleados residentes de la Isla.
La ausencia de Nicolás Maduro, lejos de obedecer a la excusa del diálogo, se debió a la cobardía de no enfrentar las críticas y demandas de la comunidad internacional ante la descabellada arremetida represiva y de persecución a quienes lo adversan en el gobierno. Después de todo, el mentor de Maduro –Hugo Chávez– no se cansó en el pasado de defender su causa socialista y hasta recibió un llamado del Rey español Juan Carlos para que se callara la boca. Incluso, luego de todas las tácticas políticas contra el congreso Nicaragüense y los candidatos adversos en la elección a la presidencia, Daniel Ortega, también envió un emisario; por medio del cual, ratificó su apoyo a Venezuela –y su moribunda chequera petrolera– y al modelo socialista que rige las líneas de acción hacia la América progresista. Cabe destacar, que el concepto de progreso para estos pseudolíderes está muy alejado del bienestar ciudadano.
Venezuela, se vio representada por la canciller que afirma que nuestro país puede “alimentar cinco naciones”, y ahora, con el nuevo capítulo que nos somete a la burla internacional: “el único crimen (del desgobierno venezolano) es ser divergente de las potencias mundiales y del imperialismo”. Canciller, que le encanta sacar comunicados, incluso, desatando una absurda guerra de comunicados oficiales con la cancillería del Perú.
La diplomacia, en muchas situaciones se convierte en silencio, que más allá, te convierte en cómplice. Las naciones del mundo, manejando intereses económicos y políticos, incluso dogmáticos de ideologías, abordan en éste tipo de cumbres temas bonitos, de élites, complacientes y de cliché, pero la guerra, el narcotráfico, la censura e incluso hacerle frente a dictaduras como la venezolana, son tomados como temas “candentes” y prohibidos.
La XXV edición de la Cumbre Iberoamericana terminó siendo una reunión de choques de poderes, de modelos económicos y políticos, de silencios cómplices, de temas bonitos para el marketing de la cumbre y de exigencias empresariales.
Hoy, Iberoamérica y el mundo, exigen que las cumbres no queden en declaraciones conjuntas en papel, en una foto para la historia de Jefes de Estado y almuerzos diplomáticos para discutir ciertos temas al reojo. Hoy las crisis políticas en el mundo, amenazan con tener solución bélica y de enfrentamiento civil, por lo que el compromiso de las naciones y sus gobiernos, debe ser evitar y condenar rotundamente, las violaciones a los derechos humanos e intentos dictatoriales por condicionar la democracia.
Orlando Chacón / @OrlandoChacon_.
Comentarios
Publicar un comentario