S í. Ya sé que la participación en unas elecciones no debería estar en duda, pero después de los últimos procesos electorales, la mayoría de los venezolanos no sabe si acudir a la cita electoral para elegir a quién será el Presidente de la República por los próximos seis años. Si recordamos las elecciones presidenciales de abril del 2013, cuando se enfrentaron Nicolás Maduro y Henrique Capriles Radonski, la gran mayoría de los venezolanos, incluidos los partidos políticos, acudimos a ese proceso en una actitud de derrota anticipada. En todos lados solo se escuchaban frases como: “Maduro, el hijo de Chávez”, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) salía favorecido en las principales encuestas, además que el sentimentalismo por la desaparición del presidente Hugo Chávez estaba a flor de piel en sus seguidores, y pese a todos esos obstáculos acudimos a ese proceso, llenos de esperanza y con la fe intacta que podíamos derrotarlos, todos sabemos cómo terminó esa historia.
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