Quienes hemos estado en la calle desde el día uno, defendiendo nuestra libertad y abriendo los caminos para generar un cambio en el país, hemos transitado y agotado las vías de presión que a través de la democracia puedan generar la salida de los responsables de la mayor crisis en la historia de nuestro país. El mayor error en este momento, seria creer o hacer creer que estamos en democracia, cuando nos presentan una trampa caza bobos que no es más que la continúa aniquilación de los derechos democráticos, de la participación y un golpe a la Constitución y el Estado de Derecho venezolano.
Esta es la crónica de una muerte anunciada a lo que llamábamos “democracia”:
En el año 2015, demostramos que a través del voto, de forma organizada, defendiendo las mesas y enfrentándonos a un ventajismo bestial, pudimos ganar la elección del único poder que en este momento posee legitimidad y que está encargado de guiar la transición y la reconstrucción del país, la Asamblea Nacional. Luego de esto, una parte del país quedó sin representación al anular la elección del estado Amazonas y la representación indígena de la misma. Elección que no se realizó de nuevo y se les negó la incorporación a los Diputados con el único fin de reducir la mayoría absoluta de la nueva Asamblea Nacional, quien al sol de hoy, posee un bloqueo institucional interno pero un inmenso reconocimiento internacional.
Se instala la AN en el año 2016, ya con el precedente de la anulación en Amazonas, se solicitó el Referéndum Revocatorio amparados en el Artículo 72 de la CRBV. Las firmas luego de días de participación masiva, al ser entregadas en el CNE se consideraron planas, se bloqueó la siguiente fase del Referéndum a través de tribunales y se violentó –de nuevo- el derecho a la participación de los venezolanos.
Protestamos en el 2017, luego de ver como cercenaron nuestro derecho a revocar la ineficiencia, la corrupción, el hambre y la miseria, ocurre otro hecho que vulnera la democracia, a través de un Tribunal que está de espaldas al pueblo, pero de frente a la Dictadura, a través de una sentencia inconstitucional donde se condiciona la inmunidad parlamentaria de los Diputados electos por mayoría. Inmunidad que además, ha venido siendo violentada año tras año, el caso más reciente de nuestro Diputado Juan Requesens. Los venezolanos en la calle exigíamos respeto a la Constitución y elecciones libres y verdaderamente democracitas. La respuesta de un régimen cobarde fue inhabilitar a dirigentes de oposición y convocar de forma –de nuevo- inconstitucional a una Asamblea Nacional Constituyente, la cual violó los procesos establecidos en la carta magna y bajo una elección sin participación, donde el candidato era yo con yo, instalaron un poder “supra constitucional”.
Tras meses de protestas y el pueblo venezolano en la calle exigiendo elecciones, el CNE convoca a al proceso de votación para elegir a los Gobernadores cuyo periodo había vencido hace mas de 10 meses. En el proceso luchamos contra el ventajismo, la reubicación de centros, la inmensa campaña de desmovilización del régimen, las pocas condiciones electorales y lo que sin duda fue quitarle la careta a quienes hablaban de democracia. Un proceso de atropellos, en complicidad con la FAN –que muy grande le queda llamarse Bolivariana-, fraguó como resultado que solo se obtuvieran 5 gobernaciones frente a 19 del oficialismo. Andrés Velasquez, con actas en mano, demostraba que había ganado las elecciones, mientras en el CNE de madrugada y escondidos proclamaban a un usurpador.
Dos días luego de la elección, se presenta un decreto vía – la inconstitucional- Asamblea Nacional Constituyente donde pretendían lograr legitimidad al ser juramentados los gobernadores en dicho ente que el pueblo repudió. Así fue como 4 Gobernadores le dieron la legitimidad que tanto ansiaban quienes pretendían usurpar el poder legislativo, Juan Pablo Guanipa, Gobernador electo del Zulia, fiel a sus principios defendió la dignidad del pueblo zuliano y no se arrodilló ante un ente que solo representa las cientos de muertes de jóvenes en manos de la represión. Fue destituido como Gobernador, al negársele ser juramentado ante el Concejo Legislativo como lo establece la Constitución y se convocan a nuevas elecciones que se realizarían junto al proceso de alcaldes y concejos legislativos.
En esas elecciones, contrario a lo que muchos consideran fue un error participar, se desenmascaró a la dictadura, demostramos que poseen el mismo talante democrático que Raul Castro en Cuba. Firmes en la lucha por rescatar la libertad de los venezolanos, decidimos no participar en las elecciones convocadas para diciembre del 2017.
Nicolás Maduro es un dictador. Tras su fracaso en los diálogos de Dominicana, donde pretendía imponer un acuerdo antidemocrático y que vulneraba aun más la dignidad de los venezolanos al no reconocer el fracaso de su modelo y la emergencia humanitaria que exige un cambio de gobierno inmediato, convoca de forma abrupta unas elecciones presidenciales con candidatos cómodos a su circo de votaciones, pues una elección es donde el pueblo elige, decide y hace respetar su voluntad. El resultado que ya todos sabíamos, fue anunciado, Maduro fue “electo” con una inmensa mayoría que se evidenció en los centros de votación vacíos y las calles desoladas.
Con este Concejo Nacional Electoral, sin una actualización y apertura del Registro Electoral para que todos los venezolanos dentro y fuera del país puedan votar, sin el control necesario a la propaganda gubernamental y los recursos del estado, con un Plan Republica al servicio del pueblo y la observación internacional calificada que garantice una verdadera elección libre, democrática, donde el pueblo decide y elije, no podemos llamar elección a un parapeto convocado por quienes se aferran al poder sin importarles las centenares de vidas que perdemos por falta de medicamentos, desnutrición e inseguridad.
Entiendo que algunas personas de buena fe que han construido liderazgos sociales han decidido participar, pero estoy convencido que eso sólo les traerá una mayor frustración y después del 9 de diciembre al igual que todos estaremos viviendo el mismo caos donde la escasez, la hiperinflación y la falta de servicios es el día a día de todos los venezolanos.
Frente a la desesperación que viven nuestros ciudadanos, hemos asumido como generación, como jóvenes convencidos que tenemos + futuro que pasado, una lucha por construir condiciones justas, libres y transparentes donde todos y cada uno de nosotros tenga derecho a elegir por su futuro. Esto solo lo lograremos a través de la resistencia y la organización, que nos lleven a una transición -nuestra tarea es generar las condiciones para una negociación que nos conduzcan a la transición- y luego, sin Maduro en el poder, unas elecciones donde todos podamos participar y elegir.
➨ Artículo escrito por Orlando Chacón (@Orlandochacon_), dirigente juvenil de Primero Justicia
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