Juan Requesens, diputado de Primero Justicia
Las dictaduras siempre apuntan a los
jóvenes, en ellos ven la fuerza que los partidos políticos no logran
complementar entre la diversidad de estrategias que presentan para combatir al
totalitarismo, y por eso nos persiguen. Los jóvenes históricamente hemos sido
perseguidos y hostigados por los regímenes más brutales, esos que creen que
tendrán el poder para siempre, ignorando que cuando una generación muere,
centenares comienzan a nacer para lograr la libertad.
Venezuela no es la excepción de ser
un país muy mal gobernado por una dictadura que es incapaz de detener la ola
delincuencial que anualmente le arrebata la vida a más de veinte mil personas,
pero sí tiene la capacidad para perseguir, encarcelar y torturar a cientos de jóvenes
en manifestaciones y después de ellas. Ese es el caso de Juan Requesens,
joven diputado por el partido Primero Justicia (PJ), quien ha
sido arbitrariamente detenido e imputado por los tribunales que son sumisos a
los dictámenes de la dictadura chavista, la más represora y depredadora de las
riquezas de los venezolanos. Requesens, como tantos jóvenes han librado una
lucha democrática por el retorno de la libertad y la democracia al país; desde
que fue presidente de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad
Central de Venezuela (FCU-UCV) o haber sido electo diputado a la Asamblea
Nacional por el estado Táchira hasta haber sido precandidato a la
gobernación de la misma región este joven siempre ha demostrado su profunda
convicción democrática, sin embargo, tal gallardía resulta para Nicolás
Maduro y su despiadado régimen una amenaza para su permanencia en el poder.
El pasado 6 de agosto Juan
Requesens junto a su hermana Rafaela, actual presidenta de la FCU,
fueron sacados a golpes del edificio donde residen por la policía política
chavista, la joven fue liberada horas después pero el diputado ha permanecido
encarcelado injustamente y durante su reclusión se le han violado sus Derechos
Humanos, a tal punto que se ha difundido un vídeo en donde se le nota
claramente demacrado, semidesnudo y con los calzoncillos manchados de heces,
pero además, la defensa del diputado justiciero ha denunciado que se le drogó
para que culpara al también diputado Julio Borges de haber sido el autor
intelectual del supuesto y polémico “atentado” contra Maduro el pasado 4 de
agosto en Caracas.
Las imágenes de Requesens han
terminado por evidenciar el horror que es capaz de infringir la dictadura
chavista, su poder para torturar y doblegar la moral, pero en esto último han
fracasado con él. Desde las protestas antigubernamentales de 2014 y 2017, y en
las anteriores durante el mandato de Chávez, Requesens siempre estuvo al frente
de las movilizaciones, hombro a hombro con los jóvenes de la Resistencia; él
mismo ha sido herido en varias oportunidades por las hordas chavistas y aún así
ha permanecido firme en sus ideales.
Hoy Juan Requesens es el
reflejo de un país, de nuestra Venezuela, es el reflejo de estudiantes
asesinados, torturados y perseguidos, es la prueba más clara de que el chavismo
es una fuerza asesina y dispuesta a silenciar a cualquiera que se atreva a
levantar la voz en su contra, ya sea por medio de la cárcel o las balas. Como joven
me siento identificado con su lucha y perseverancia, por su valentía desde la
tribuna de la Asamblea Nacional o al frente de las manifestaciones y estoy
seguro que muchísimas más personas, dentro o fuera del país, se ven reflejados
en Requesens porque él representa a una generación que no se da por vencida en
su búsqueda latente de libertad. Aunque esté encarcelado, confinado en una
celda fría y pestilente, sometido a maltratos y a insultos, yo recuerdo a
Neruda cuando dijo “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la
primavera”.
Artículo escrito por Carlos Guerrero Yamarte (@SrVenezolano), director deSubversión en letras y estudiante de Periodismo en la Universidad del Zulia (LUZ)
Comentarios
Publicar un comentario