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Desde afuera: relato cubano


Me llamo Ernesto Oliva Torres, tengo 19 años de edad y soy de Santiago de Cuba. Mi padre, Carlos Oliva Rivery es Coordinador de la Célula “José María Heredia” de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), en nuestra ciudad y trabajador por Cuenta Propia; mi madre, Ana Lidia Torres Gómez es ama de casa y activista defensora de los derechos humanos.

Al igual que todos los jóvenes cubanos, estudié en las escuelas del régimen Comunista, bajo el constante adoctrinamiento de dicha ideología. Recientemente acabo de graduarme de Técnico Medio en Instalaciones Eléctricas, en el Politécnico “Rafael Vignot”.

Desde temprana edad fui dándome cuenta de la veracidad de las opiniones críticas de mis padres y de algunos vecinos hacia el régimen. Fui comprendiendo que en las escuelas y por los medios de comunicación masiva, todos controlados por el régimen, mentían constantemente. Fui conociendo la esencia del sistema, que tanta miseria y opresión genera. Fui conociendo sobre derechos humanos, sobre economía libre, sobre el real mundo donde vivimos.

En el año 2012, teniendo yo 15 años, mi padre ingresa en la organización opositora Movimiento Cristiano Liberación (MCL), que tiene como objetivo principal cambiar el sistema del país, a través de la recogida de firmas de ciudadanos que compartan la idea de un cambio en la nación. Cuando cumplo 16 años, que me hago un ciudadano, en el acto para ejercer el voto, firmo el Proyecto Heredia, proyecto impulsado por la misma, para lograr dichos cambios. 

Al año siguiente, mi padre, decide incorporarse a la UNPACU, organización con los mismos objetivos que el MCL, pero con un activismo más amplio y volcado más a las calles, de igual manera pacífico. Aquí crea una célula de la que actualmente es el Coordinador. En ésta, es donde reafirmo mis ideales de libertad y donde más me involucro en la lucha por la democratización de mi patria.

Con ideas más sólidas asumo actitudes y comportamientos críticos frente a los profesores de Historia de Cuba y de Cultura Política en la escuela. Ahora los pedagogos tenían que demostrar al grupo y a mí, por qué decían que la Revolución y el Socialismo era lo más beneficioso para la Patria, nunca sus argumentos me convencieron y muchas veces quedaban muy mal parados ante los alumnos. Tan efectivas fueron las participaciones en clases, que los educadores en conjunto con la Dirección de la escuela, hicieron un llamado a mis padres, para decirles que estaba teniendo un comportamiento, que provocaba “malas” reacciones en los estudiantes hacia la Revolución y que eso no podía continuar ocurriendo. Pese a las amenazas que se hicieron con sacarme, yo continúe, ya era algo, que cuando no lo hacía, sentía que me estaba traicionando a mí mismo.

Fuera del instituto, junto a los hermanos de lucha, llevaba y aún lo continúo haciendo, una serie de actividades en las calles, como repartir impresos y discos con mensajes pro-democráticos, realizar mítines y marchas exigiendo que se respeten los DDHH. Como resultado de estas acciones, la célula iba y continúa ganando activistas y simpatizantes. La Seguridad del Estado al ver el espacio que estábamos conquistando en la comunidad, decidió aumentar la represión y el hostigamiento, sitiando la sede con vehículos y cuerpos militares. Llegando a detenernos violentamente, sacarnos de la ciudad y dejarnos abandonados y darnos brutales golpizas, que paraban en fracturas de costillas, brazos y piernas. Yo padezco de la vista, tengo miopía, y en esos actos, aparte de los golpes, me han roto los espejuelos para dificultarme el regreso a casa. Ya he sufrido incontables detenciones arbitrarias, varias palizas, mi casa ha sido asaltada y se me ha despojado de varias pertenecías sin ley que respalde dichos actos.

Hace aproximadamente cuatro meses, fui seleccionado por la dirección de la UNPACU para recibir una serie de talleres que imparte el Observatorio Cubano de Derechos Humanos en Madrid, España, sobre herramientas útiles para la lucha no violenta, en un plazo de dos meses, del que acabo de regresar. 

Poseo una cuenta en Twitter y otra en Facebook, en las que denuncio las violaciones a los DDHH que comete el régimen hacia el pueblo y la oposición en Cuba, y de la que gobiernos extranjeros realizan, siendo Venezuela el caso más palpable en estos momentos. 

Actualmente la organización a la que pertenezco (UNPACU), tiene presencia en todo el país y goza de gran aceptación en la sociedad, llegando a reunir en reciente actividad más de un millar de activistas y simpatizantes en la provincia de Santiago, siendo el evento más grande, organizado por la disidencia en la historia de Cuba, desde que los Castro llegaron al poder. Los jóvenes expresan su afinidad con nuestra causa, muchos me piden discos e impresos para darlos a amigos en las escuelas, que como viven distante y no tienen dinero para transportase a nuestras sedes, pues ellos les hacen el favor de llevarle los materiales. Al presente, continúo siendo detenido arbitrariamente, se me niega el paso hacia varios puntos de la provincia, mi casa continua siendo sitiada por órganos represivos, bajo constante amenaza de asalto. Pese a todo eso, sigo firme en la lucha junto a cientos de hermanos dispuestos a democratizar Cuba por la vía pacífica.

Ernesto Oliva Torres / @ernestounpacu.

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