Se le anuncia a los venezolanos el inicio de la Navidad con la complicidad de músicos, artistas y gaiteros
El régimen chavista es especialista en la innoble labor de distraer y mantener una narrativa. En los más de 25 años del fallido sistema socialista, tanto Hugo Chávez como Nicolás Maduro se han rodeado de un equipo de expertos que les ayudaban a mantener una narrativa sobre algún tema en particular que a su vez les permite acallar otro que les resulta incómodo.
Sin embargo, en los últimos años la estrategia ha caído en picada porque la sociedad, a pesar del hartazgo, ya sabe identificar cuándo quieren silenciar un tema con otro que distrae a los más incautos.
Es por esto que Maduro se inventa cada año la idea de que la Navidad en Venezuela comienza el 1 de octubre, pues su objetivo principal es fijar en la consciencia de los ciudadanos que ha logrado superar otro año más de dificultades y que, a su vez, la oposición ha fallado en su intento por desalojarlo del poder.
Además, con el ilógico anuncio de navidades octubrinas, en esta oportunidad el régimen busca desviar la atención de la importantísima operación militar antidrogas que Estados Unidos lleva a cabo en el mar Caribe, generando arrebatos de temor, evidente insomnio y dudas entre los más cercanos a Maduro.
En Maracaibo, la rebautizada “Alcaldía Bolivariana” prepara para este día una jornada de música y baile, con el mayor de los derroches, para tratar de motivar a los ciudadanos de que estamos en una época de fiesta y ferias, cuando la realidad más desoladora es que el bolsillo de las grandes mayorías no alcanza ni para pagar el pasaje en el transporte público durante una semana completa.
Se le anuncia a los venezolanos el inicio de la Navidad con la complicidad de músicos, artistas y gaiteros que poco les interesa el bien común con tal de recibir el dinero acordado, pero allí en las profundidades de cada barriada es imposible decretar algo cuando las neveras están vacías, cuando encontrar un medicamento es una tarea titánica o ganarle el paso al dólar frente al bolívar es casi que imposible.
El chavismo, un modelo fracasado, no logra levantar una narrativa por varias horas. La gran primera narrativa que perdieron, y no lo podemos olvidar los venezolanos, fue la victoria electoral conquistada el 28 de julio, pero robada descaradamente ante los ojos del mundo. Ningún funcionario del régimen logró, ni logrará, demostrar el supuesto triunfo de Maduro, porque las actas son claras y la insoportable realidad también.
Por más decretos de Navidad que busquen adelantar, por más inventos que difundan a través de los medios y palangristas, nada ni nadie podrá despegar de los venezolanos el implacable deseo de cambio y democratización de nuestro país.
➨ Artículo escrito por Carlos Guerrero Yamarte (@CarlosGuerreroY), director de la plataforma informativa Globopais (@globopais)
Comentarios
Publicar un comentario