Pero este año parece que el país sudamericano queda relegado a un segundo plano
Me gusta creer que cada año cuando se celebra la Asamblea General de la ONU, las naciones que sí están orgullosas de sus sistemas políticos, sus democracias y sus líderes -suponiendo que aún existan estas naciones- observan con detenimiento el desenvolvimiento de sus jefes de estado o gobierno en el "parlamento de la humanidad", pues su actuación dice mucho de su país.
Participar en esta asamblea anual permite a los países mostrar su visión del mundo y como se plantan ante los grandes problemas que aquejan a la humanidad: medio ambiente, derechos humanos, seguridad, los conflictos.
Cuanta ilusión debe dar a las sociedades del mundo ver a su líder hablar frente al foro de naciones, cuanta esperanza debe generarles ver que en la semana de alto nivel se hablen y planteen posibles soluciones para sus problemas locales.
Los venezolanos no tenemos más opción que imaginarlo.
Hace años que los venezolanos no vemos un discurso de nuestro presidente, principalmente porque el jefe del estado no genera ningún interés, pero además porque ya ni siquiera se presenta ante la asamblea general - envía a su canciller -. Sin embargo, Venezuela se ha mantenido como un tema habitual bien sea por la crisis económica y política o por los constantes informes de la misión de determinación de hechos, que sigue relatando la crítica situación de los derechos humanos en el país.
Pero este año parece que el país sudamericano queda relegado a un segundo plano. La guerra en Ucrania, el conflicto en Gaza y la situación de las minorías musulmanas en Birmania copan la agenda.
Aún cuando Estados Unidos desplegó un gran operativo militar en el Caribe sur, cercano a las costas venezolanas, bajo el pretexto de la lucha contra las drogas, que es visto dentro de Venezuela como una medida de presión militar sobre el gobierno de Maduro, esta escalada de tensión - a pesar de haber sido denunciado por el gobierno venezolano ante varios organismos internacionales - no es tomada en cuenta ni por el Consejo de Seguridad, al menos que, a última hora, aparezca un debate en agenda, bajo el riesgo de ser desestimado por el poder de veto de los norteamericanos.
En los últimos años, Venezuela había sido un tema central en la Asamblea General y los venezolanos siempre esperamos que alguien alce la voz por nosotros, qué ayuden a visibilizar nuestra crisis y aunque en la agenda no estemos, contamos con que los líderes del mundo libre hablen de nosotros en sus discursos y que la justicia de Venezuela sea su objetivo.
➨ Artículo escrito por Joel Morales, periodista y activista político
"bajo el pretexto de la lucha contra las droga" No es pretexto es un contexto.
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