Una ciudad como la nuestra no puede estar atrapada en el pasado, lo necesario es que sigamos pensando en nuestro futuro, en la ciudad que necesitamos y merecemos
Ya Maracaibo conoce los candidatos a su alcaldía. Pero más allá de los nombres, que ya han sonado bastante, la ciudad debe llevar el debate público a otro nivel. El debate no puede ser entre uno u otro, debe centrarse en lo que cada uno representa: por un lado un pasado que ya no existe, bajo el liderazgo de alguien que está desconectado de la ciudad desde hace 15 años, mientras que en la otra esquina se presenta la continuidad un proyecto de transformación, con visión de futuro.
Cuando el pasado 17 de junio la Gran Alianza por Maracaibo (Un Nuevo Tiempo y Unión y Cambio), presentó la candidatura de Adrian Romero Martínez, actual alcalde encargado, a su lado pudimos ver a los hombres y mujeres que acompañaron a Rafael Ramírez Colina durante los casi 3 años que estuvo al frente de la municipalidad -antes de que lo llevaran preso-, el mensaje fue explícito: respaldar a la alianza y a Romero, es respaldar la gestión que durante los últimos años ha devuelto a la ciudad su brillo, su esperanza y enrumbó su administración hacia la excelencia y el servicio.
Una ciudad como la nuestra no puede estar atrapada en el pasado, lo necesario es que sigamos pensando en nuestro futuro, en la ciudad que necesitamos y merecemos. La Maracaibo que tenemos hoy en día se asemeja más al sueño de cada marabino, que la ciudad que tuvimos hace 4 años. Esto es en lo que debemos pensar cuando el próximo 27 de julio nos encontremos frente a la máquina de votación.
Es inconcebible que en pleno 2025 existan quienes pretenden gobernarnos con “proyectos” que caducaron hace 16 años.
Maracaibo necesita de cada uno de nosotros para defenderla y protegerla de la oscuridad, el terror, la desidia y marginación que años atrás se apoderaron de ella. Nuestra memoria y nuestra consciencia en este momento nos llaman a la acción y actuar se traduce en salir el próximo 27 de julio a votar, colmar los centros de votación y depositar en las urnas nuestra esperanza en continuar siendo una ciudad en resistencia.
No quiero imaginar, ni mucho menos describir escenarios fatalistas, porque estoy plenamente convencido de que cada marabino comprende el papel histórico que está a punto de desempeñar en favor de nuestra casa grande, que cada uno asume el compromiso de defender nuestra Maracaibo de la barbarie, esa barbarie que ya se asoma en la puerta y se relame esperando poder echarse sobre nosotros.
Pero como nuestro espíritu no se doblega, como nuestra gente nunca se rinde y siempre defiende lo suyo, vamos pues a darlo todo por esta ciudad a la que tanto le debemos.
➨ Artículo escrito por Joel Morales, periodista y activista político
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