Es hora de oxigenarse | Carlos Guerrero Yamarte

"El PSUV necesita irremediablemente una pausa, necesita oxigenarse, les urge volver a respirar y reinventarse"

El chavismo como movimiento político y social ha fracasado. Es evidente. Pero ha fracasado porque ha decepcionado a sus propias bases; fracasó porque dejó de ser una esperanza para convertirse en una tragedia nacional. Aquel proyecto que en su momento encarnó Hugo Chávez es hoy el gran anatema que pesa sobre millones de personas que vieron en él una posibilidad de superación pero que, gracias a las desviaciones propias del autoritarismo, se transformó en una desgracia que urge detener.

Los últimos acontecimientos en el país han dejado en evidencia, por enésima vez, las debilidades propias del sistema gobernante. En primer lugar, el chavismo ha seguido el guión de ruptura que siempre le ha servido para dividir a la oposición democrática, pero en estos momentos parece que no les funcionará; desde el poder han buscado detonar abstención y violencia, pero esta receta no está en discusión, por lo que sus propias contradicciones vuelven a salir a flote.

El titular de este artículo se refiere al oxígeno, a esa necesidad de respirar en tranquilidad que las mismísimas bases del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) están pidiendo a gritos, entre ansiedad y desesperación, porque se les hace imposible, en el barrio o en la comuna, convencer a alguien de que la ruta socialista es la que el país necesita. Y el último ejemplo categórico ha sido el pasado domingo 21 de abril, cuando los líderes de las estructuras chavistas llamaban y buscaban desesperadamente a sus propios vecinos en sus casas para que participaran en la llamada Consulta Nacional Popular, que no era otra cosa que medir el respaldo que tiene el PSUV a menos de tres meses de las elecciones presidenciales.

Pues ha sido esa “consulta” la que ha terminado de desmoralizar a las estructuras chavistas; las ha desmotivado hasta el nivel de que ese día muchos decidieron dejar sus cargos para evitar, en definitiva, ganarse un bochorno más innecesario entre las comunidades que, padeciendo las infinitas necesidades generadas por el fracasado modelo socialista, les recriminaran con más fuerza semejante espectáculo.

Ahora, en términos más políticos: el chavismo, o el PSUV, necesita irremediablemente una pausa, necesita oxigenarse, les urge volver a respirar y reinventarse, necesitan resignificar su causa y depurar sus propios liderazgos ante el mayúsculo torbellino que ha ocasionado en Venezuela más de 20 años de un sistema nefasto que solo tiene como referencia mayor índice de pobreza, desempleo, inflación, migración y persecución frente al temor de perder el poder.

Ojalá dentro de las filas del PSUV se imponga alguna ala consciente y reflexiva que les permita entender, primero que todo, que no pueden seguir sosteniéndose en el poder a través de las armas y el descontento popular. Venezuela está cansada, pero también decidida, en enrumbarse hacia la democracia y el desarrollo.

➨ Artículo escrito por Carlos Guerrero Yamarte (@CarlosGuerreroY), director de la plataforma informativa Globopais (@globopais)

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