La causa de la hecatombe de el centro-izquierda fue perder su sentido frente a los abusos del mercado, estableciendo reformas laborales que no benefician a los trabajadores, privatizando lo público
La socialdemocracia nace para garantizar y defender la justicia social y el progresismo en el marco de las sociedades capitalistas de Occidente, la lucha de este grupo trajo resultados positivos, el pleno empleo, seguro social, sanidad y educación pública y gratuita, todo lo que constituye el Estado de bienestar de los países más desarrollados del mundo. Particularmente, tras la Segunda Guerra Mundial este grupo se consolida como opción a gobierno, gracias a su moderación tan atractiva a la clase media. Líderes como Attle, Brandt y Mitterrand son recordados por su magna obra.
No obstante, la década de los ochenta estuvo marcada por el desmantelamiento de esos derechos sociales, fue el tiempo del binomio Reagan-Thatcher, el origen del neoliberalismo que, en palabras del socialista español Patxi López, contaminó a la socialdemocracia. Las clases trabajadoras observaron con rostro estupefacto como se les arrebataba todo, lo público, lo del Estado. Mientras los socialistas hacían la vista gorda, la llegada de Tony Blair en 1997 no significó sino un punto de no retorno con el laissez faire de Thatcher. Entonces, se abre un debate que recuerda a tiempos de la segunda internacional, con nuevos paradigmas ¿reforma o asimilación?
Mientras Jospin y Blair se peleaban, la confianza del trabajador a la familia política del puño y la rosa disminuye. Empeñados en un discurso con diferencias en la forma con los conservadores, más no en el fondo. La centro-izquierda recibió el resultado del neoliberalismo, sufriendo más que ninguna otra fuerza política los sucesos del 2008. Por no haber hecho nada, cómplices del desastre fueron castigados en las urnas, regresó la discusión anteriormente referida. Con Ed Miliband derrotado era momento de introspección ¿cuál es la posición de la izquierda entonces? Ahí da inicio la «crisis de la socialdemocracia».
Continuando, la lucha entre los contumaces blairista y la nueva izquierda sucede mientras se pierden votos y espacio frente a movimientos nacidos del descontento como PODEMOS y Syriza. Incluso la Internacional, sí, la displicente Internacional Socialista se divide, la nueva izquierda crea un espacio internacional La Alianza Progresista. Aquí se observa un proceso de evolución, donde solo quienes reaccionan a tiempo pueden salvarse, caso PSOE, que tuvo que radicalizarse un poco para recuperar su espacio. Quienes no reaccionaron, como el socialismo francés, ya son historia, el caso anterior se encuentra divido entre Macron y la Francia Insumisa.
Hasta aquí es notorio, que la causa de la hecatombe de el centro-izquierda fue perder su sentido frente a los abusos del mercado, estableciendo reformas laborales que no benefician a los trabajadores, privatizando lo público ¿esto es socialdemocracia? No, no lo es.
La nueva izquierda le ganó el pulso a los centristas, ahora tienen el control. Sin embargo, existen dos factores recientes para analizar, uno de ellos es el resultado de Jeremy Corbyn en las últimas elecciones británicas, la derrota sin precedentes del laborismo, derribado en sus feudos. Algunos atribuyen la derrota a la radicalidad de Corbyn, que en el contexto liberal del Reino Unido no resultó positivo. Ello nos indica que es importante recuperar las raíces del socialismo, pero conservando la moderación que caracteriza. Solo así se puede evitar un «efecto Corbyn». El segundo factor es la experiencia española, Pedro Sánchez quien recuperó las raíces del PSOE sin abandonar la moderación construyendo un verdadero centro-izquierda. El programa de gobierno español, que cuenta con fuerzas a la izquierda del Partido Obrero, lo que puede resultar beneficioso porque presiona al PSOE a finalizar lo que comienza, está encaminado a recuperar el Estado benefactor, los derechos sociales y laborales en el marco de la economía social de mercado. Iniciando un proceso de recuperación de aquello que desmantelaron Thatcher y Reagan, recuperando la socialdemocracia entendiendo esta como la interpretación de las circunstancias históricas para entender las formas que el socialismo puede tomar en el momento que se vive
➨ Artículo escrito por Ezequiel Paz (@ZequielDavid), estudiante de Ciencias Políticas
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