Juan Pablo Guanipa propuso en la Asamblea Nacional una marcha en Caracas para el 24 de octubre en defensa de los derechos del Zulia
No cabe duda de que la crítica situación que vive el estado Zulia es la más dramática de todo el país, claro está, en medio de la crisis multidimensional más aguda de la historia republicana de Venezuela. Nunca antes el país había padecido lo que hoy sufren los venezolanos ante la asfixia económica provocada por las pésimas políticas implantadas por el chavismo y la represión que se ha convertido en una “visión” del Estado, hoy forajido, sin derecho ni leyes y en la tutela de elementos externos que tratan de sostener a la usurpación.
El sufrimiento en el Zulia es doble. En primer lugar, se juntan los problemas de todo el país pero en segundo término, la propia crisis local traspasa lo humanamente tolerable. Por ejemplo, no hay otra región en Venezuela que esté bajo un régimen de racionamiento eléctrico como hoy lo está el Zulia. Hay comunidades de Maracaibo y San Francisco que soportan diariamente, desde el 7 de marzo, 12 horas sin servicio eléctrico, otras están en un horario fragmentado donde gozan de electricidad en la mañana pero en la tarde-noche el racionamiento es intenso hasta altas horas de la madrugada. Pero esto no acaba allí. En el Zulia profundo, en el interior del estado, municipios como Almirante Padilla, La Cañada de Urdaneta, Rosario de Perijá o Jesús Enrique Lossada pueden estar hasta dos días sin luz.
Hay una política de segregación deliberada en contra de la población del Zulia cuyo objetivo es terminar por aniquilar económicamente a la región y quebrar la moral de los habitantes
Existen, sin embargo, más problemas que el resto del país padece, pero que en el Zulia el drama es mucho mayor. De nada le vale actualmente ser el estado petrolero por excelencia de Venezuela; de nada vale, por ejemplo, que el Lago de Maracaibo albergue en su profundidad importantes reservas de petróleo liviano si las tuberías subterráneas están obsoletas y sin mantenimiento y la industria petrolera local y nacional, en decadencia permanente. Sumado a esto, la escasez de gasolina en el estado se puede igualar al Táchira y Trujillo, pero por la cantidad de habitantes, las colas para surtir son mucho más grande en la región zuliana, no obstante, esa no es la justificación, pues no hay ninguna para explicar con claridad porqué el transporte de combustible destinado al Zulia es retenido antes de llegar o es desviado para Caracas o para estados centrales.
Las evidencias anteriores solo pueden demostrar que hay una política de segregación deliberada en contra de la población del Zulia cuyo objetivo es terminar por aniquilar económicamente a la región y quebrar la moral de los habitantes que diariamente deben hacerle frente, ya sea en una empresa o en la universidad, al caos que el régimen chavista ha provocado. La empresa privada figura como objetivo a eliminar, sin embargo, el carácter guerrero de empresarios zulianos los ha sostenido a pesar de las injustas multas impuestas por alcaldes afectos al régimen así como la crisis eléctrica que además de desestabilizar la poca capacidad para surtir gasolina ocasiona escasez de agua en barriadas enteras que deben acudir a pozos o cañadas donde hay tuberías rotas y de allí intentar obtener el preciado líquido.
Ahora, los zulianos están desprotegidos, pero su única herramienta para exigir sus derechos es la protesta y el diputado y gobernador electo-y destituido- del Zulia, Juan Pablo Guanipa, propuso una hoja de ruta enmarcada en la Constitución Nacional que apela justamente a la protesta como mecanismo de defensa y presión contra los embates de la dictadura, por eso, promovió en el seno de la Asamblea Nacional una marcha en la capital el próximo 24 de octubre con el fin de lograr la solidaridad de Venezuela y exigir no solamente el cese definitivo de la violación de los derechos humanos a los zulianos sino el fin del régimen de Nicolás Maduro, el mayor opresor de la dignidad de los venezolanos.
El 24 de octubre, fecha simbólica en el Zulia por la conmemoración del natalicio del prócer Rafael Urdaneta, es el día que Guanipa ha marcado en el calendario para iniciar una ola de manifestaciones que sirvan para reivindicar derechos hoy secuestrados. Por ende, acompañar a los zulianos en este día debe ser un imperativo moral que sirva como un aliciente para el todo el país que debe exigir sus derechos. Así que el venidero 24 de octubre ¡Vamos todos con el Zulia!
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