Putin y Trump podrían terminar por desatar una carrera armamentista si no hay prudencia entre sus asesores e intereses particulares. El mundo se enfrenta a una carrera peligrosa
Estados Unidos ha llevado a cabo su primera prueba de un misil balístico luego de su salida del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés). Según El Pentágono, "el misil crucero de prueba despegó desde la isla de San Nicolás en California e impactó con precisión en su objetivo tras más de 500 kilómetros de vuelo". Esta prueba llega semanas después de que Rusia y Estados Unidos hayan roto el Tratado firmado en 1987 por los entonces presidente Ronald Reagan y el líder soviético Mijaíl Gorbachov con la intención de reducir las tensiones en los últimos años de la Guerra Fría.
El Tratado INF sirvió como un importante amortiguador de las pretensiones nucleares de las principales potencias, incluso después de la disolución de la Unión Soviética, el tratado siguió vigente aunque desde Washington sospechaban sobre presuntas violaciones por parte de Rusia. El texto prohibía expresamente el uso o producción de misiles balísticos y de crucero nucleares o convencionales de alcance medio y corto en zonas donde los intereses estadounidenses o soviéticos pudiesen estar en peligro. El mismo tratado demandó la necesitad de desmantelar 2.692 misiles, de los cuales 1.846 fueron destruidos por Moscú y 846 por parte de Estados Unidos.
La última vez que ambas potencias instalaron dichos misiles fue en 1962, cuando se desató la llamada Crisis de los misiles que por poco arrastra al mundo por las vías del holocausto nuclear luego de que radares de Estados Unidos identificaran los misiles en Cuba instalados por los soviéticos, a noventa millas de sus costa, y estos criticaran la posición de otros misiles estadounidenses en Turquía apuntando a su territorio.
La decisión de la Administración de Donald Trump, anunciada en febrero, de retirarse del tratado llega luego de que se acusará en varias oportunidades a Moscú de no cumplir con el protocolo impuesto al no destruir sus misiles SSC-8, dejando con temores a la OTAN sobre la seguridad de su zona de influencia. Por su parte, Rusia acusó a Estados Unidos de tampoco cumplir con su parte, aunque los funcionarios estadounidenses lo negaran con vehemencia.
La ruptura del tratado preocupa a la OTAN
El fin del Tratado INF amenaza directamente la seguridad de Europa ya que estos misiles podrían sobrevolar por las principales ciudades europeas en solo minutos y amenazar la integridad de la región en caso de un conflicto mayor.
El propio secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió el último día de julio de que la decisión de Rusia de romper el tratado llevaría a los aliados y miembros de la organización a responder de manera defensiva, coordinada y comedida cualquier acción que venga del este. Para entonces, Stoltenberg recordó que en reiteradas oportunidades pidieron al Gobierno ruso "regresar y respetar" el tratado pero la decisión de Vladimir Putin ya estaba tomada.
La ruptura del Tratado INF amenaza la seguridad de Europa a medida en que las tensiones entre la OTAN y Rusia crecen por el conflicto en Ucrania y por las pretensiones intervencionistas de El Kremlin en los asuntos de los países del este del continente. Para la comunidad internacional no es un secreto los intentos sistemáticos de Rusia por influir en la política de Polonia, Estonia, Letonia o Lituania (esta última comparte fronteras por el norte y este con el enclave ruso de Kaliningrado).
Stoltenberg ya aviso que "los misiles rusos pueden llevar cabezas nucleares, son móviles y difíciles de detectar, pueden alcanzar la ciudades europeas en cuestión de minutos y aumentan la probabilidad de que se usen armas nucleares en caso de conflicto".
La OTAN ha anunciado nuevas técnicas de defensa ante las pretensiones armamentistas que amenazan su estabilidad y detalló que trabajará con sus aliados en cuestiones de ejercicios militares, vigilancia, inteligencia y reconocimiento así como las defensas aéreas antimisiles y las capacidades convencionales. Para Stoltenberg, instalar armas nucleares no es una opción para la organización.
La ONU preocupada por encontrar "un nuevo camino común"
António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, se ha mostrado preocupado por la ruptura del Tratado INF y ha lamentado que se llegara a tal punto. Desde su despacho, ha instado a buscar "un nuevo camino común" que permita contener pretensiones armamentistas nucleares que no solamente corresponda a Estados Unidos y Rusia, sino que se cobre mayor interés en China.
Bajo el mismo concepto, Guterres pidió tanto a la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia evitar lo que sería una nueva carrera armamentista. Desde la visión del diplomático portugués a la cabeza de la ONU, "el actual entorno de deterioro de la seguridad internacional, los acuerdos de control de armamento y desarme firmados anteriormente están cada vez más amenazados.
Por su parte, Lori Esposito Murray, miembro adjunto del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) y analista en temas globales, opina que "el colapso del tratado disminuye la seguridad europea y aumenta la posibilidad de que la región regrese a la inestabilidad desencadenante de la década de 1980". Subrayó que los misiles de alcance intermedio de Rusia "podría hacer que la escala nuclear entre los aliados de la OTAN y Rusia sea más probable durante un conflicto".
La analista admitió que "ya está en marcha una nueva ronda de competencias de armas nucleares impulsada por la revolución tecnológica de ritmo acelerado, las crecientes tensiones entre Estados Unidos y Rusia y la modernización militar de China".
Ahora, para Ben Rhodes, quien fue Consejero adjunto de Seguridad Nacional de Estados Unidos durante la era Obama, la razón por la que Estados Unidos abandonó el Tratado INF se debe a John Bolton, actual Asesor de Seguridad Nacional, de quien dice "siempre ha sido hostil al control de armas", al tiempo que aseguró que si Rusia violó el pacto Washington no ha debido de retirarse. Según Rhodes, la política exterior que comanda Donald Trump es una mezcla de "aislacionismo y beligerancia".
Sin duda alguna, la ruptura del Tratado INF representa una amenaza directa para Europa pero al mismo tiempo es un reto frontal de Rusia a la capacidad de contención de los tratados que emula en cierta medida las decisiones de Trump de actuar de manera unilateral ante circunstancias que cree posible superar sin el respaldo de aliados. Putin y Trump podrían terminar por desatar una carrera armamentista si no hay prudencia entre sus asesores e intereses particulares. El mundo se enfrenta a una carrera peligrosa
.➨ Artículo escrito por Carlos Guerrero Yamarte (@SrVenezolano), director de Subversión en letras y estudiante de Periodismo en la Universidad del Zulia (LUZ)
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