La ilegitima Asamblea Constituyente
chavista cumple un año en funciones que no son de su competencia, pero además,
llega a su primer aniversario en medio de la profundización de la crisis
nacional. Desde esta tribuna se advirtió lo desastroso que sería permitir la
implantación de dicho congreso, ajeno a la voluntad ciudadana y desconocido
internacionalmente por gobiernos y organizaciones que han venido denunciado la
ilegalidad y las constantes violaciones a los Derechos Humanos que desde ese
tribunal sumarísimo se han venido aprobando de manera vulgar contra los
adversarios políticos y el pueblo venezolano todo.
Desde
que se instaló la Constituyente de corte castrista el 30 de julio del año
pasado en medio de una avalancha de protestas y de un nivel de abstención solo
superado por la farsa electoral del 20 de mayo de este año, la crisis
venezolana ha llegado a su cénit en todos las áreas, o por lo menos se cree que
se ha llegado al punto más alto de la tragedia nacional, sin embargo, hay
quienes aseguran que el deterioro de Venezuela puede ir mucho más lejos.
Las
perspectivas económicas para el país no son mejores que antes. Este año, además
de la pavorosa previsión de la hiperinflación, el Producto Interno Bruto (PIB)
podría retroceder---como si fuera poco--- en un 15%, lo que se suma a una
contracción acumulada de 35 por ciento en el período 2014-2017. Evidentemente
estos datos son y terminarán siendo cifras de aumento del hambre, la pobreza
que ya ronda al 80% de los hogares venezolanos, y el aumento de la miseria, así
como la cantidad de venezolanos que continuarán abandonando el país en busca de
subsistir al alza de los precios y la inoperancia del régimen, que está de más
decirlo, es el responsable de haber creado la actual situación que vive el
país.
Nuevamente
el chavismo le falló a sus seguidores, que se han venido mermando en medio de
la retórica que busca culpables inocentes en medio de responsabilidades que no
han admitido por soberbia y terquedad. La Constituyente fracasó en sus
propuestas populistas de acabar con la
crisis económica, no cumplió en su promesa de relanzar al “país potencia”
solo demostraron que su objetivo era construir un tribunal sumarísimo que
sirviera para perseguir a opositores, desertores y a cualquiera que se atreva a
levantar la voz en contra del decadente sistema. Pero eso sí, la Constituyente
cumplió lo que tantos analistas se esmeraron en vaticinar: la destrucción galopante
del país.
Las
dos directivas que ha tenido la Constituyente, primero bajo la batuta de Delcy Rodríguez, mano derecha de la
pareja presidencial y virtual sucesora de
facto de Nicolás Maduro, y este
año bajo el mando del siempre frustrado Diosado
Cabello, han aprobado una batería de leyes ineficientes para Venezuela que
van desde regular precios sin tomar medidas concretas hasta buscar amedrentar y
socavar el derecho constitucional a la protesta, no obstante, no han podido
contener la ola de manifestaciones gremiales y populares que se han desatado en
las principales ciudades exigiendo aumento salarial real y contra la depauperación
de los servicios públicos.
A
un año de la Constituyente, que busca legitimidad en medio de la peor crisis
jamás vivida en el país, los venezolanos son cada día más pobres y con la
necesidad de un cambio político urgente ante el temor de que pueda llegar lo
peor de lo que ya se vive en barrios, comunidades y urbanizaciones de
Venezuela.
Redacción
Política | @SubversionEL
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