Los resultados electorales del pasado domingo 15 de octubre dejaron grandes sumas de incertidumbre en el ambiente y, por supuesto, el argumento de fraude resuena en cada rincón del mundo que ya ha advertido el retroceso de la depauperada democracia venezolana en medio de una profunda y peligrosa crisis política, económica y social.
El 15 de octubre la Oposición venezolana, conglomerada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), recibió un golpe fuertísimo en su lucha por le rescate de la democracia y el restablecimiento del Estado de Derecho; el apéndice electoral del régimen chavista, el CNE, anunció los resultados oficiales e “irreversibles” que le daban una contundente victoria al partido de gobierno (PSUV) adjudicándole 17 gobernaciones y a la Oposición solo 5, pero 48 horas después las artimañas del mismo ente electoral dieron como vencedor al candidato chavista en el estado Bolívar, donde Andrés Velásquez exigía una auditoría y cantaba fraude. Estos resultados dejaron perplejos a muchos; los abstencionistas gritaron en Twitter “¡Te lo dije!”, no dudaron en colocar sus “condiciones” a la MUD y prácticamente le declararon la guerra a la dirigencia opositora que claramente ha cometido errores y no ha rectificado al respecto.
Ante el actual escenario de la inoportuna fractura opositora, el descontento de la militancia democrática y lo que se percibe como un avance electoral más del chavismo (plagado de inquietudes e irregularidades avaladas por el infame CNE), diversos dirigentes políticos como Freddy Guevara, el propio Chuo Torrealba y de articulistas expertos en política han sugerido una “revisión y reflexión” a lo interno de la MUD. Algunos creen, y entre esos me incluyo, que eliminar a la secretaría general de la coalición opositora fue un error que terminó por golpear la mediocre estrategia comunicacional de la Oposición que ha sufrido demasiadas caídas precisamente por no colocarse de acuerdo entre los partidos, por no tener la inteligencia de manejar un solo discurso en una crisis tan grave y por permitir que la arrogancia se adueñe de los micrófonos para darle espacio de farándula a oportunistas que no tienen nada que decir, sino que acentúa el propio quebrantamiento opositor.
Es menester que la MUD viva una “movida de mata”, no se trata de caza de brujas ni de decapitar a partidos, se trata fundamentalmente de abrir las compuertas a una alianza certera que desde hace mucho tiempo ha tenido que plantarle cara al régimen chavista pero que los actuales dirigentes no han tenido la suficiente madurez, a excepción de algunos como Henrique Capriles que ha criticado, incluso, a la coalición por sus desaciertos que han salido caros. Si los partidos que conforman la MUD no se toman la delicadeza de dialogar entre sí y de plasmar una hoja de ruta específica, pero siempre sometida a tratamiento reflexivo, el chavismo logrará sus cometidos y no por ser mayoría, sino por los errores internos de sus adversarios en el tablero del juego.
Es momento de darle espacio a todos para que se pueda cumplir lo que tanto desea el pueblo venezolano y así conquistar la libertad de Venezuela. No estoy buscando que la MUD desaparezca porque sería una torpeza, aunque para los ineptos que solo critican y no hacen nada sería su mayor “logro”. Es momento de revisarse y entenderse, de lo contrario nos espera el exilio eterno.
- Artículo escrito por Carlos Guerrero | @SrVenezolano
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