El delfín y crítico de François Hollande está más cerca de llegar al poder en la nación gala
El Elíseo tendrá en el próximo mes de abril y mayo a un nuevo inquilino que tendrá un mar de retos a superar. Desde el avance del trumpismo, pasando por una ley laboral que es criticada visceralmente por casi todos los candidatos y, claro está, el nuevo líder del país deberá hacer de Francia una nación segura de la amenaza terrorista que se ha cebado en distintas oportunidades con su país y hacerla crecer económicamente con los actuales retos que impone la globalización. Y Emmanuel Macron (Amiens, 1977) se ubica como uno de los candidatos con más oportunidades, después de la ultraderechista de Marine Le Pen, de ser electo en la segunda vuelta electoral como presidente de la nación gala.
Macron, con todo y su juventud, es un ex alto funcionario que realizó estudios en escuelas de élite como la Universidad de París-Nanterre, en el IEP de París y en ENA, las tres instituciones de muy alta calidad educativa y de tendencias liberales. Macron nació al norte de Francia en la ciudad de Amiens, hijo de familia clase media, ingresó al Partido Socialista (PS) con tan solo 24 años. Como alto funcionario, fue relator de la Commision Attali en 2007. Un año luego fichó por la Banca Rothschild en cuya empresa estuvo por cuatro años.
Tiempo después se convirtió en consejero del presidente francés François Hollande y en 2014 fue ascendido como ministro de Finanzas, manteniendo un perfil relativamente bajo. Las ambiciones políticas del antiguo protegido de Hollande eran un secreto a voces desde que en abril pasado dio un primer paso hacia su candidatura con la creación hollywoodense del movimiento En Marcha (EM), siguiendo el orden de las iniciales de su nombre.
A juicio del diputado de Los Republicanos, el ex ministro de Cooperación, Bernad Debré, Macron “es el asesino de Hollande” ya que este último lo protegió y el joven líder “le dio una puñalada” al abandonarlo y lanzar su candidatura fuera del Partido Socialista. Para el periódico español El Diario, Emmanuel Macron “es la esperanza no socialista de los socialistas franceses”. El mismo medio de comunicación define al líder de EM como “proeuropeo, liberal en lo económico y de izquierda en lo social, político no tradicional” y al mismo tiempo lo llaman “centrista”.
En el portal web ultraizquierdista Rebelión.org, un articulista español acusa a Macron de tener un programa de gobierno con postura “neoliberal”. Igualmente, lo acusan de ser el “rostro amable del neoliberalismo francés”. Otras de las críticas proviene de la agencia rusa de información Sputnik, que acusan a Emmanuel Macron de ser “un candidato anti sistema fiel producto del sistema”, al mismo tiempo que asegura que “Macron se convirtió en la mosca cojonera del Gobierno y empezó a cabrear a su propio papá político, Hollande, y luego a su rival, Manuel Valls”.
Dice el diario La Información: “Para sus detractores es un elitista que nunca ha sido elegido para ningún cargo en las urnas” y la líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, lo llama “el candidato de los bancos” y se refiere a él como “el Justin Bieber de la política”. Por los momentos, los analistas se mantienen prudentes ante el “fenómeno Macron” aunque este sube en las encuestas.
Por otro lado, la revista Vanity Fair va más allá y cataloga a Emmanuel Macron como “el joven Kennedy (John F.) que encandila a Francia”, asegurando que “es muy probable que venza en las elecciones galas de esta primavera”. La famosa revista dice que Macron propone acabar con el status quo porque “el modelo económico está agotado. “Sirve a los más privilegiados, pero excluye a muchos, cada vez más”. También es admirador de la canciller alemana Angela Merkel por apoyar a los refugiados, apunta la misma revista.
Finalmente, la pregunta queda aún pendiente de responder. Solo conoceremos la respuesta cuando los franceses acudan a las urnas y decidan entre un grupo de seis candidatos, pero solo dos con probabilidades de disputarse el control del poder francés y con programas antagónicamente diferentes.
Redacción internacional.
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