La libertad es uno de los sentimientos más fuertes del hombre, un gran sueño, lo que cada persona anhela y a hacia dónde quiere dirigirse. Esta trae consigo tranquilidad y paz, que para el venezolano simplemente podría significar “volver a la normalidad”, no pedimos mucho, solo aquello que antes teníamos y no supimos valorar como se debía, lo cotidiano… Quizás por ello mismo no nos causaba gran asombro, pero mirando hacia atrás, con nostalgia y remordimiento, queremos volver tanto a esos hermosos días.
Sin duda, esos tiempos de prosperidad se ven muy lejanos, en los cuales el hecho de ir al supermercado y encontrar todo lo que buscabas no era motivo de sorpresa, y donde la inseguridad no era un tema que nos agobiara a cada momento; el venezolano se fue acostumbrando poco a poco a esto, dándose de forma paulatina y casi invisible, hasta que todo estalló y nos dimos cuenta del desastre en que estábamos metidos, como si cerraran una celda justo frente a nuestros ojos.
No queda más que afrontar la situación y seguir hacia adelante, sabiendo que la única forma de recobrar esos días o volver a la “normalidad” es reconstruyendo un país desde cero –como si sonara muy fácil–, pero no es imposible. Las bases del futuro se encuentran dentro de la misma sociedad, una que ya abrió los ojos y está desesperada por un cambio, uno de verdad e indetenible; porque mientras se encuentre viva la esperanza siempre se asomará la libertad, la única forma de perder la batalla es abandonándola.
Actualmente, “rendirse” no es una opción y menos cuando es el hambre y la familia lo que está en juego; por lo que aún existe esa expectativa de que todo de repente pueda cambiar y que la situación se torne a nuestro favor, esa pequeña posibilidad es la que nos mantiene vivos y con ganas de seguir luchando al comienzo de cada día. Es por eso que existen tantos intentos por parte del régimen de frustrar esta esperanza –lográndolo en muchos casos–, pero es nuestro fervor y nuestra vuelta en pie lo que los desespera aún más, incluso cuando todo parece estar en nuestra contra.
Los venezolanos, después de haber pasado por tanto, al fin sentimos un gran aire de esperanza como nunca antes al ganar las elecciones parlamentarias el 6 de diciembre; al concurrir los primeros meses del año 2016 se percibía una oposición fuerte, respaldada por el voto de la mayoría de los ciudadanos y con toda la confianza puesta sobre ellos de que sabrían llevar el manejo del país y acabar con un gobierno totalmente moribundo y afectado moralmente por unas elecciones recientes; pero el tiempo fue transcurriendo, y ese mismo ánimo que se apreciaba en las calles se fue desvaneciendo poco a poco gracias a todas las trabas que se le impuso a la Asamblea Nacional y a su falta de carácter para enfrentarlas… Nos topamos de nuevo con la realidad, el pasar de los meses fue una gran lección, la batalla todavía no estaba ganada; o peor aún, seguíamos bastante lejos y la angustia volvió a aparecer con la pregunta de siempre: ¿Cuándo se acabará esto?
Sin embargo, el tema del Referéndum Revocatorio genera opiniones diversas, muchos creen que es el último mecanismo constitucional para poder salir de este gobierno de manera democrática; pero con el pasar de los días, mientras aumenta el número de obstáculos y reglas inconstitucionales por parte del CNE, es mayoría la parte de la población que considera que este no se llevara a cabo; o si en efecto se da, se realizaría para el año 2017, de modo que no cambiaría nada –o incluso sería peor–.
Últimamente la esperanza o confianza que tiene la sociedad sobre la Mesa de la Unidad Democrática es muy escasa, ya que falta liderazgo y acciones contundentes que de verdad puedan llegar a presionar al gobierno; existe la sensación de que como líderes de una oposición claramente mayoritaria, no toman las decisiones correctas, ni aprovechan dicha ventaja. La desunión, desconfianza y pesimismo reinan los últimos meses, en donde se terminará de conocer si tendremos Referéndum Revocatorio este año o el siguiente; nos encontramos en fechas clave.
No obstante, el anhelo de libertad es mucho más fuerte que cualquier cosa. La oposición no se encuentra representada por la MUD, sino por todos aquellos que quieren un cambio, el cual están dispuestos a lograr con ayuda de la dirigencia política o no; un cambio que es urgente y necesario, el cual no puede esperar mientras muchos venezolanos se encuentran comiendo solo una vez al día. La voluntad de los venezolanos se impondrá ante todo el cronograma político, y ya quedará de parte de los dirigentes si al leer esta reacción de la ciudadanos puedan utilizarla a su favor y adecuarse con la realidad, o simplemente dejar de lado a la sociedad civil, que sin intereses de por medio, busca un cambio inmediato.
Daniel Morales / @Daniel_M97.
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