Forbes: los precios del crudo se dispararon el jueves 25 de agosto de 2016 a más de 5% luego del anuncio de que la OPEP discutirá potenciales acciones para estabilizar el mercado del petróleo durante una reunión informal que se celebrará el próximo mes en Argelia
Pareciera que la economía global se torna cada vez más volátil debido a la inestabilidad que para muchos países del mundo implica depender del mercado internacional del llamado “oro negro”. En un escenario económico mundial actual, donde la tendencia de las inversiones y los flujos capitales internacionales está orientada y apunta a los grandes productores de crudo, como lo son Arabia Saudita, Estados Unidos y, en menor medida, Irán. Es así pues que se exacerba cada vez más la brecha económica entre productores y consumidores en lo que se refiera a la dependencia de estos últimos.
No obstante, en este juego geopolítico donde gana el más fuerte y quien mejor domine los mercados y yacimientos mundiales mejor localizados, cada vez se desequilibra más la balanza entre las potencias productoras que han establecido una hegemonía en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) (Arabia Saudita, EE.UU. e Irán) hasta el punto de controlar la política de producción, oferta y distribución del bloque hacia el resto del mundo e iniciar una competencia desleal en la que la sobreproducción y sobreoferta de los árabes y los estadounidenses han inundado el mercado de tanto petróleo que la demanda y los flujos de capitales se centralizan en sus países y en el Medio Oriente, lo cual deprecia el valor de mercado de los otros productores de la OPEP haciendo que éstos caigan en recesión petrolera y, en el caso de Venezuela, económica total al contraerse su PIB puesto que su economía depende de la renta petrolera en su totalidad…
Esos productores que han sido rezagados dentro del bloque exportador, que la propia Venezuela fundó en 1960 y de la cual fue líder y peso pesado en su época de bonanza con precios de más de $100 por barril (Venezuela, Angola, Indonesia, Libia, Argelia, Nigeria, Ecuador, Iraq), parecieran no tener ni voz ni voto dentro de la OPEP y verse subordinados a la tutela de la élite árabe-estadounidense (países árabes: Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Catar y Kuwait) que determina las decisiones de la organización y controla la producción y distribución de, tal vez, la materia prima más importante del mundo en la actualidad.
Con un precio actual de 45,75 $ por barril al cierre del 26 de agosto de 2016, la cesta OPEP se ha visto mermada por el desequilibrio que supone mucha cotización para los productores árabes y EE.UU. y bajo valor de mercado para crudos que no son tan demandados a los países productores rezagados mencionados anteriormente, la política de sobreoferta que Arabia Saudita ha impulsado y mantenido al mostrarse reticente al congelar la producción para estabilizar el mercado y reequilibrar los precios de los crudos de los otros miembros, ha servido para mantener su control sobre el mercado mundial con el objetivo de generar suficientes ingresos en petrodólares que les permitan estructurar un fondo de estabilización macroeconómica con el que tiene previsto dejar de depender del petróleo y ahorrar en estos tiempos de vacas flacas para diversificar y agrandar su economía para el año 2020, es decir, un fondo soberano por el orden de los 2 billones de dólares.
Asimismo, con su revolucionaria pero contaminante y ecológicamente tóxica técnica del fracking (perforación hidráulica de rocas de esquisto en el subsuelo del estado de Texas) EE.UU. también ha contribuido en generar distorsiones en el mercado petrolero aunque al día de hoy haya perdido fuelle debido a su caída en el nivel de inventarios.
Por estos factores, el mundo mira con expectativas hacia la próxima reunión de la OPEP en Argelia bajo la necesidad de los países rezagados de que Arabia Saudita acepte congelar la producción mundial. En mi opinión, creo que la élite árabe mantendrá firme su política de sobreproducción, es por ello que sería imprescindible que se acuerde una política de subsidio y cooperación para los productores en recesión (Venezuela, Angola, Indonesia, Libia, Argelia, Nigeria, Ecuador, Iraq) con el objetivo de que éstos reciban líneas de financiamiento y potenciación logística que proyecte sus sistemas de producción y distribución de sus crudos hacia los mercados de los países emergentes, que es el bloque de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, por sus siglas) con el objetivo de que puedan captar nuevos flujos de capitales e inversiones en sus estatales petroleras y asimismo pueda terminar de arrancar y acelerar ese bloque de economías emergentes que prometió mucho al inicio pero ha cumplido poco y ha dejado bastante que desear al depender de un mercado de materias primas que se desplomó en sus precios, por lo cual éstos podrían optar por el mercado del petróleo, ya que es más seguro depender del petróleo que de otros commodities que han perdido demanda y valor (precio de mercado) por la desaceleración misma de China y el resto de países “emergentes” del propio bloque de los BRICS.
Ricardo Serrano / @RS_Journalist.
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