Desde la derrota sufrida a última hora, Keiko Fujimori y su partido Fuerza Popular, no han dejado de decir que ellos “no están acabados” y tienen razón, tal vez mucha razón, pues aunque Pedro Pablo Kuczyski haya logrado detener al Fujimorismo, con el apoyo de la Izquierda, aún el olor del populismo derechista de Keiko ha quedado impregnado en el Congreso del Perú.
De los 130 diputados que conforman el Congreso peruano, 71 son del ala fujimorista; los congresistas han advertido que no van a tolerar ninguna política que vaya contra sus “valores políticos” y esto es una alarma que PPK tendrá en su gobierno: una decidida y fuerte oposición parlamentaria, liderada por el tímido pero peligroso Keinji Fujimori, quien fue el diputado más votado y hermano de la derrotada Keiko.
Ganar la presidencia era el objetivo elemental del Fujimorismo, llegar a gobernar Perú, luego de los desastrosos años de Alberto Fujimori, es un anhelo de los hijos del exdictador y sin duda de los socios del que fuera, en palabras del mismo Mario Vargas Llosa, “el primer narcoestado de América Latina”. PPK ha logrado detener al Fujimorismo, pero aún falta mucho por derrotar.
El apoyo de una buena parte de la sociedad peruana al Fujimorismo es categórico; muchos jóvenes se sienten identificados por Fuerza Popular, incluso alaban a Alberto Fujimori por haber destruido el terrorismo de Sendero Luminoso, pero obviando que así como destruyó, construyó otros problemas y crímenes inmensos que hoy día mantienen el rechazo moral y racional de la mayoría de los peruanos.
Keiko no logró por segunda vez conquistar la presidencia, la primera vez fue derrotada por el presidente saliente, Ollanta Humala, quien también apeló al discurso anti-fujimorista y tuvo, al igual que PPK, el apoyo de los sectores más discrepantes del Fujimorismo; la segunda derrota le llegó a Keiko y a su partido Fuerza Popular, de la mano de un exbanquero y exministro de Toledo, quien también ha optado por atacar a Keiko utilizando los argumentos anti-fujimorista que a los peruanos tanto gusta.
Hoy PPK es el nuevo presidente del Perú, pero hoy el Fujimorismo no está derrotado por completo; el control del Congreso será un sobrepeso importante para la política del Perú, será una batalla sin cuartel, aunque ya PPK ha pedido diálogo, pero es obvio que el populismo de Fuerza Popular no se arrodillará a los dictámenes de un presidente al que estuvieron a punto de derrotar. Apenas comienza la batalla y ya el Fujimorismo tiene otra carta bajo la manga.
De los 130 diputados que conforman el Congreso peruano, 71 son del ala fujimorista; los congresistas han advertido que no van a tolerar ninguna política que vaya contra sus “valores políticos” y esto es una alarma que PPK tendrá en su gobierno: una decidida y fuerte oposición parlamentaria, liderada por el tímido pero peligroso Keinji Fujimori, quien fue el diputado más votado y hermano de la derrotada Keiko.
Ganar la presidencia era el objetivo elemental del Fujimorismo, llegar a gobernar Perú, luego de los desastrosos años de Alberto Fujimori, es un anhelo de los hijos del exdictador y sin duda de los socios del que fuera, en palabras del mismo Mario Vargas Llosa, “el primer narcoestado de América Latina”. PPK ha logrado detener al Fujimorismo, pero aún falta mucho por derrotar.
El apoyo de una buena parte de la sociedad peruana al Fujimorismo es categórico; muchos jóvenes se sienten identificados por Fuerza Popular, incluso alaban a Alberto Fujimori por haber destruido el terrorismo de Sendero Luminoso, pero obviando que así como destruyó, construyó otros problemas y crímenes inmensos que hoy día mantienen el rechazo moral y racional de la mayoría de los peruanos.
Keiko no logró por segunda vez conquistar la presidencia, la primera vez fue derrotada por el presidente saliente, Ollanta Humala, quien también apeló al discurso anti-fujimorista y tuvo, al igual que PPK, el apoyo de los sectores más discrepantes del Fujimorismo; la segunda derrota le llegó a Keiko y a su partido Fuerza Popular, de la mano de un exbanquero y exministro de Toledo, quien también ha optado por atacar a Keiko utilizando los argumentos anti-fujimorista que a los peruanos tanto gusta.
Hoy PPK es el nuevo presidente del Perú, pero hoy el Fujimorismo no está derrotado por completo; el control del Congreso será un sobrepeso importante para la política del Perú, será una batalla sin cuartel, aunque ya PPK ha pedido diálogo, pero es obvio que el populismo de Fuerza Popular no se arrodillará a los dictámenes de un presidente al que estuvieron a punto de derrotar. Apenas comienza la batalla y ya el Fujimorismo tiene otra carta bajo la manga.
Carlos Guerrero / @SrVenezolano.
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