América del Sur -y América Latina en general- está siendo protagonista de un cambio político y geopolítico altamente importante para la región, que desde la llegada de Chávez en 1999, dio un cambio de 360º a los gobiernos que en otrora eran fieles al Consenso de Washington y de orientación liberal; Chávez en su afán de cambiar al país, terminó cambiando a América Latina y dándole inicio a una era populista y socialista que poco a poco fue llegando a cada uno de los países de la región. Primero Venezuela, luego Brasil, siguió Argentina hasta llegar a Uruguay; Bolivia no perdió oportunidad y Chile tampoco; el llamado “Socialismo del siglo XXI” que Chávez impulsó y Heinz Dietrich teorizó, comenzó a ser para muchos en el continente un referente político contra Estados Unidos y todo lo que viniera de allá, ante esto y el buen crecimiento económico de la región, que la propia CEPAL confirma, inició también una era de populismo en el territorio, Chávez creó las misiones sociales, Lula en Brasil amplió el Bolsa Familia y ayudó a millones a salir de la pobreza, Kirchner en Argentina prometió un “reparto de la riqueza por igual”, Evo en Bolivia otorgó derecho a los indígenas y Bachelet en Chile -como Tabaré Vázquez en Uruguay- iniciaron reformas sociales en sus gobiernos, pero con todo y esto, Fernando Lugo no dejó a su país por fuera y comenzó programas de empleos, lo mismo en Ecuador con Correa y Ollanta Humala en Perú. Pero todo no es color de rosa, ni las ayudas son porque han tenido un buen corazón ni mucho menos por mero patriotismo; el lema de éstos gobiernos populistas fue y sigue siendo en algunos países “Patria o Muerte”, pero entre los canticos, la mega propaganda y los eslóganes por doquier, algo está cambiando, algo está resultando erróneo en el experimento populista: la gente está irritada, en la mayoría de éstos países la corrupción se estableció como el Estado y la concentración de poder ha sido cada vez más dañina para la estabilidad democrática.
Hoy América del Sur ha comenzado a cambiar, ha sido la región que se comenzó a cansar de los gobiernos que se llamaban “los defensores del pueblo” para convertirse en “los ladrones del pueblo”; lo vimos en Argentina con la derrota del Kirchnerismo, lo vimos en Venezuela con la derrota del Chavismo en el Parlamento y la constante crisis que tiene a Maduro con un pie fuera y otro dentro del palacio presidencial, se vio de igual forma con la derrota de Evo en el referéndum de Bolivia, se vio antes que todo en Paraguay con la destitución de Fernando Lugo, ahora se ve en Brasil con la suspensión de Dilma Rousseff; Perú se perfila ya como un país liderado por la derecha y Ecuador es el que está logrando sobrevivir junto a Uruguay y Chile -aunque las denuncias de corrupción contra Bachelet tiene al país en constante observación-. Los ciudadanos nos hemos dado cuenta de lo funesto que es el Socialismo, unos ya lo sabíamos, otros se creyeron el guión ideado por Fidel Castro y ya lo están escupiendo; han observado que cada discurso estaba cargado de una retórica aburrida y fuera de contexto ante la realidad de sus países, el desgaste ha sido brutal y se vislumbra que seguirá siendo así hasta que se limpie al continente de un populismo que arruinó y decepcionó a millones.
Es América del Sur el epicentro de los análisis, de la constante reflexión de la izquierda; se preguntan por qué el proyecto del ALBA no es bien visto ya, no pueden creer que el Socialismo no sea lo que los pueblos desean simplemente porque lo único que produce son pobres a cada instante; ya ha comenzado la hora del cambio, esperemos que el cambio no termine de ser otro gran fracaso y los pueblos se vuelvan a cansar. Muy pendientes hay que estar de América Latina en general, hay cambios que son de importante observación, hay otros que se tardan pero siempre llegan y en Venezuela no seremos la excepción; América del Sur está dando el ejemplo.
Carlos Guerrero / @SrVenezolano.
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