En momentos oportunos recordamos nuestras experiencias vividas, las metas que mucho queríamos alcanzar, unas logradas y otras frustradas, los objetivos cumplidos, los que faltan por cumplir, pero en realidad siempre pensamos en conclusión en nuestro pasado, por muy bueno o por muy desagradable que sea para el recuerdo de nuestras memorias, pero lo que me quita el sueño es soñar un país al que nunca logré ver.
Entre lo intrépido y lo cotidiano, lo ordinario y lo extraordinario, parece ser que en Venezuela hemos estado en una fase continua de shock, inacción, omisión de pensamiento crítico, es decir, la presencia de una total pasividad, no queriendo referirme a un conformismo u aquella resignación de la que muchos de las personas manifiesta con esta crisis notoria e incuestionable. Resulta ser bastante inquietante, la postura de muchos de nuestros círculos sociales, desde los grupos pares: amigos, compañeros; hasta los grupos mucho mas sofisticados y en algunos casos los grupos de personas con una edad bastante prolongada, donde el mayor comentario es el siguiente y cito: "la vaina está pelúa pana, chamo lo mejor es que te vayas de tu país, loco graduarme e irme de aquí, no hay vida bro’’, esto anteriormente refleja la reiterada realidad de opiniones que emiten este conjunto de personas, no puedo dejar de sentir la frustración que me ha tocado vivir por ser venezolano, padecer de las mil y un cosas que no me daré la tarea de enunciar en este escrito, cada quien es responsable de saber cuál es el momento y circunstancia en el que nos encontramos, sin embargo, desde pequeño nunca imaginé lo espantoso que es salir y exponer tu vida, simplemente lo veía en las películas, hoy pasa en Venezuela, lo catastrófico que puede llegar a ser la injusticia, hoy en Venezuela, no sólo se viola la justicia por impunidad, existen muchas otras las cuales los pacientes, ancianos, y enfermos de otras patologías que no pueden obtener su medicina o bien por el muy alto costo o bien porque no las hay en el mercado.
En situaciones así para muchos es muy fácil decir que se van, y quizás esa sea su solución al problema, lo difícil no llega a ser su techo, su trabajo, su comida, lo duro es la separación de las familias, hoy por hoy, el status nocturno-social no es en gran escala los compromisos sociales donde el género o la finalidad sea pasarla bien, rumbear, distracción, tragos sociales, no, y esto es un rotundo no, la mayor proporción de eventos actualmente son las despedidas, Venezuela despide a sus jóvenes, en ese piso cruz diez, en el aeropuerto, en los abrazos, en las mochilas donde tu quieres estar, por acompañar a esa persona, en las lagrimas, en las miradas de un "hasta luego", o para ser un poco mas romántico, en los besos que nunca se dieron, el acondicionamiento de esto, es la falta de oportunidades, de justicia, de gobernanza, de Futuro…
Jamas y nunca, desearía vivir esta pesadilla pero me tocó y nos tocó, tenemos la suerte de hacer historia o seguir pensando que alguien vendrá a hacer el trabajo, me siento comprometido con este país, conmigo mismo, con mi familia y con mis metas, pero debemos ser sinceros, todos queremos hacer algo pero no sabemos qué hacer, queremos defender y no sabemos cómo defender o qué defender, queremos protestar pero dejamos nuestra voluntad, queremos cambiar pero no cambiamos nosotros mismos, queremos un país pero no tenemos país, y permito que cualquiera cuestione esto, pero dejo una reflexión: no tendremos país en la medida en que dejemos de ser ciudadanos y enfocarnos como sociedad a la respuesta de las problemáticas, para pensar como sociedad no hay que pensar en colectivo al 100%, para pensar en colectivo lo primero que hay que hacer es pensar como individuo, donde tus intereses no desvirtúen los del otro, porque la clave de todo plan es hacerlo en equipo, me permito decir que anteriormente tenía un visión, un ideal, un sueño distinto a Venezuela, sin exagerar mucho, sólo deseaba que este país estuviere en un auge o impulso increíble, los profesionales, las ama de casas, el talento musical y deportivo, incluso el científico, es una cosa de madera de roble, inigualable, pero con el pasar del tiempo, el sueño se ha desvanecido, la perla se ha perdido, con la fuga de talentos, estudiantes y profesionales, nos quedamos bailando en un piso enjabonado, en desequilibrio total, sin la armonía de una normalidad, sin el sueno cristalizado, sólo me quedé con el sueño frustrado de una Venezuela que no existe.
José Lima / @Jjosejoaquin.
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