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El silencio que nos condena | Joel Morales


 Seguimos siendo mayoría quienes deseamos un cambio en el poder político de Venezuela, pero no todos estamos dispuestos a actuar
Quienes decidimos salir a participar el pasado 25 de mayo en las elecciones regionales y parlamentarias, siempre supimos que había dos grandes rivales frente a nosotros: el ventajismo natural del chavismo y el abstencionismo. Sin embargo, emprendimos una campaña firme defendiendo el voto como método de resistencia y convencidos de que podíamos lograr niveles de participación altos que nos permitieran ganar gobernaciones y curules en la Asamblea Nacional. 

Cuando se cerraron los centros de votación el domingo por la tarde ya todo el país sabía que el triunfo era para el ala abstencionista. Hay encuestadoras que afirman que la participación fue del 13,59%, analistas que afirman que rondaría el 25%. Sea cual fuese el numero correcto, la realidad es clara: Seguimos siendo mayoría quienes deseamos un cambio en el poder político de Venezuela, pero no todos estamos dispuestos a actuar. 

La reducida participación de la oposición venezolana en estos comicios se debe en su mayoría al hartazgo, al cansancio, a la perdida de esperanza en el voto y quizás no tanto al llamado de algunos lideres a no participar en dicho proceso. 

La no participación, se convirtió nuevamente en lo que muchos vaticinamos, la entrega de espacios de poder -que pudieron haber sido utilizados como trincheras para la resistencia- al chavismo, una minoría bulliciosa que ha logrado, sin mucho esfuerzo en esta oportunidad, imponerse a una mayoría que prefirió el silencio y la inmovilidad. 

Como si no hubiésemos entendido de los errores del pasado, hemos dejado que el oficialismo mantenga una rotunda mayoría en el parlamento nacional y le hemos vuelto a entregar el control de los estados. 

Hablo por el caso particular del Zulia, que en 2017 gracias a la abstención comenzó a vivir uno de los episodios más oscuros de su historia y que solo pudo quedar en el pasado y relegado a la memoria colectiva cuando en 2021 salimos nuevamente a votar -en resistencia- y defender el estado, solo para volverlo a entregar hoy, con la incertidumbre de cuan catastrófica puede llegar a ser la era que se avecina. 

El silencio de una mayoría que decidió no serlo, hoy vuelve a condenarnos. Que Dios nos agarre confesados.

➨ Artículo escrito por Joel Morales, periodista y activista del partido Primero Justicia

Comentarios

  1. El país no aguanta, el vuelo de las guacamayas asta Miraflores es lento y seguro. No lograrán desarrollar su nueva trampa comunistoide. No les hagamos el juego a quien está dando pataletas de ahogado.

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  2. Te ibas a arriesgar a ser condenado otra vez a la decepción por un fraude desenmascarado?
    Los venezolanos entendimos que la vía del voto no es lo que va a destronar este régimen solo la unión como hormigas reveladas lo hará QUE VIVA LA RESISTENCIA Y LA DESOBEDIENCIA

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  3. No importa cuánto salgamos a votar si de igual manera no nos va a valer nuestro voto si no reconocieron los 7millons que Edmundo les metió por el pecho que tanto pueden valer estos cuantos que salieron

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  4. Ningún fundamento soporta la tesis de Votar en estas condiciones a no ser un interés personal.

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  5. Frente a tanta estupidez lo mejor es callar.

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  6. Bueno escucharás los gritos del silencio pidiendo libertad

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  7. Si las condiciones electorales de este reciente 25/05/2025 fueron las mismas en relación a las del año pasado, como algunos dicen. Entonces ¿Por qué se aceptó ir a elecciones el pasado 28/07/2024? ¿Cómo se piensa seguir defendiendo los resultados? ¿Desde que trinchera piensa hacerlo quien llamo a la no participación? ¿Que recurso de defensa político tiene ahora quién se abstuvo a votar? ¡Que alguien me explique con argumentos sustentables y sin retórica rebuscada!

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  8. El silencio no es amigo de nadie, en este caso favoreció al gobierno, ejemplo si usted tiene un dolor y no lo manifiesta no lo dice nadie se va a enterar de su dolor , solo levantando la voz podremos lograr el objetivo:

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