"La producción actual de petróleo en Venezuela ronda los 700.000 barriles diarios, lo mismo que se producía 60 años atrás"
La escasez de gasolina en Venezuela se agudiza cada día que pasa. Colas de vehículos se ven en ciudades como Valencia, Maracay o Caracas, sin embargo, en Maracaibo o en Cabimas ya no hay despacho de combustible desde hace más de un mes. Las colas desaparecieron luego de la prohibición oficial de la Gobernación del Zulia con el vago argumento de que la cuarentena impuesta por el desarrollo de la pandemia del coronavirus lo demandaba así. En las colas, padres de familia, chóferes de transporte público, profesores, médicos y miles de personas más se quedaron sin la posibilidad de surtir sus tanques de gasolina.
"Los que manejan dólares acuden al mercado negro para obtener 20 litros de gasolina por 40 o 50 dólares"
En el año 1998, fecha en la que Hugo Chávez obtuvo su primera victoria electoral desbancando así al bipartidismo imperante de Acción Democrática y COPEI, Venezuela tenía capacidad para refinar 1.300.000 barriles por día (b/d), incluso, según el diputado y presidente de la Comisión de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional, Elías Matta, el país podía producir hasta 3.000.000 de b/d con el apoyo de las refinerías venezolanas en otros países. Pero en mayo del año 2019, el Centro de Refinación de Paraguaná, específicamente la refinería de Amuay, solo producía 100.000 b/d.
A pesar de esto, el consumo interno de gasolina de Venezuela para el año 2019 llegaba a 170.000 b/d aunque la organización Gente del Petróleo afirma que el consumo decayó hasta 150.000 barriles y que por lo tanto Amuay solo produce 40.000 b/d, es decir, el déficit de combustible en Venezuela es de 110.000 barriles diarios que deben ser importados, sí, el país con las reservas de petróleo probadas más grande del mundo frente a la necesidad de importar aditivos y químicos para intentar cubrir una demanda superior a la capacidad de producción interna.
"Los venezolanos no tienen certeza de cuándo podrán gozar nuevamente de la gasolina pues el propio régimen de Nicolás Maduro ha admitido que se quedó sin aditivos y químicos para refinarla"
En los últimos días, largas colas para surtir gasolina se han observado en Caracas con espanto. Los ciudadanos denuncian en las redes sociales que deben esperar entre 6 y 11 horas en cola para intentar llenar el tanque con 30 litros, pues la escasez también obliga a racionar el preciado combustible, por cierto, el más económico del mundo al punto de que un camión de 40 mil litros cuesta en el país 2 bolívares soberanos mientras en Colombia las mafias lo revenden en la no despreciable suma de 23.000 dólares. Paralelamente, en Maracaibo, capital del petrolero estado Zulia, los ciudadanos están en un toque de queda no declarado que termina perjudicando sus quehaceres y diligencias de trabajo para poder subsistir. Si bien las medidas de aislamiento y confinamiento sirven para evitar el desplazamiento, las personas que salen en las mañanas a comprar alimentos u otros implementos para el día deben caminar hasta por una hora o más si desean completar la adquisición de los productos que ya se agotan en sus hogares, de lo contrario, los que manejan dólares acuden al mercado negro para obtener 20 litros de gasolina por 40 o 50 dólares. Esta situación ha generado la opinión colectiva de que la escasez del combustible más que el coronavirus es la causante de la paralización total del estado.
La producción actual de petróleo en Venezuela ronda los 700.000 barriles diarios, lo mismo que se producía 60 años atrás. Aunque el país es miembro fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) su participación es insignificante por la magra contribución que ofrece al cártel petrolero en medio de un histórico acuerdo entre los principales productores para recortar la producción diaria hasta los 9,7 millones de b/d. No obstante, Venezuela obtuvo ganancias billonarias que fueron dilapidadas por la desastrosa gestión del chavismo.
Entre 2004 y 2008, Venezuela vivió su primer gran boom petrolero. Por ganancias del petróleo ingresaron al país 290.968.000 millones de dólares y en el segundo boom, entre 2011 y 2014, el país obtuvo 339.034.000 millones de dólares, según datos de la Comisión de Energía y Petróleo, es decir, el chavismo amasó la mayor bonanza de la historia petrolera de Venezuela. El dinero entraba a empujones en las cajas de PDVSA, pero todo se disipó en los años. La corrupción se llevó la tajada más importante de la bonanza. Hugo Chávez utilizó el dinero producto del petróleo en sus programas populistas; regaló millones a sus aliados ideológicos de América Latina en el marco de la petrodiplomacia; construyó hospitales, casas, edificios, carreteras y hasta aportó cuantiosas sumas de dinero en campañas y comicios electorales a la par del olvido de la inversión en Venezuela.
La desinversión y la destrucción de la industria petrolera y su aparato refinador ha llevado al país a la quiebra absoluta. No hay claridad en qué se empleó tanto dinero y para esquivar las críticas el régimen ha creado el argumento de que en Venezuela no hay gasolina “por culpa de las sanciones”, pero los venezolanos saben quiénes son los verdaderos culpables de la crisis humanitaria que padecen.
El campo venezolano al borde del colapso por falta de gasolina
"Una reciente encuesta de la asociación Ganaderos de Machiques (GADEMA), arrojó que el 60% de los agricultores no han recibido combustible"
Sin gasolina ni gasoil los productores agropecuarios no pueden distribuir sus cosechas. La Bolsa Agrícola de La Grita en el estado Táchira, principal zona de acopio de la producción de hortalizas de la región andina, cumple cuatro semanas sin poder reunirse y enviar camiones al resto del país porque no tienen el combustible necesario. De 600 camiones que salían semanalmente con los productos, ahora solo han logrado salir seis.
Werner Gutiérrez, experto en el área agrícola, ha denunciado en distintas oportunidades el riesgo que corre el campo venezolano debido a la escasez de gasolina. 5.000 toneladas de hortalizas no podrán llegar a los hogares de los venezolanos. Desde Portuguesa hasta Mérida las exigencias de despacho de combustible se dirigen a las autoridades, pero estas no tienen cómo dar respuesta salvo medidas superficiales que no solucionan el problema de raíz.
En cuanto al Zulia, Gutiérrez denuncia que el Sur del Lago tiene 3 semanas sin poder cosechar ni distribuir el plátano, cuyas 25.000 hectáreas cubren gran parte de la producción nacional. Los centros de consumo están a la espera de la mercancía pero son conscientes que sin gasolina no hay alimentos.
Asimismo, una reciente encuesta de la asociación Ganaderos de Machiques (GADEMA), arrojó que el 60% de los agricultores no han recibido combustible quedando en evidencia que el principal problema del campo venezolano es la imposibilidad de acceder a la gasolina.
Sin solución a la vista
Los venezolanos no tienen certeza de cuándo podrán gozar nuevamente de la gasolina pues el propio régimen de Nicolás Maduro ha admitido que se quedó sin aditivos y químicos para refinarla. Con esta realidad los venezolanos tienen que soportar 30 días más de cuarentena sin salir de sus hogares y con el agobio de no tener qué comer si no pueden trabajar.
Un porcentaje importante de los venezolanos, como el resto de los latinoamericanos, sobreviven a diario en las actividades informales. Una paralización producto de la pandemia se suma, en el caso de Venezuela, a la ya trágica realidad de un país que lucha por salir adelante aun cuando la hiperinflación se consume sus precarios ingresos.
Pero ante la falta de soluciones por parte del chavismo, el Plan País, una suerte de programa de gobierno del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, ha propuesto que para recuperar la industria petrolera de su estado actual es necesario:
A) Un gobierno legítimo con credibilidad que le permita a Venezuela acceder a créditos para inversión en el sector petrolero
B) Evaluar el estado de las refinerías y determinar las acciones que deben tomar para recuperarlas.
C) Revisar el esquema de precios estableciendo subsidios directos a los sectores afectados por el aumento de precio.
D) Acabar con el contrabando de extracción.
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