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Chavismo y coronavirus, combinación fatal

Cortesía

El chavismo es el gran responsable de que el país no esté preparado mínimamente para enfrentar una pandemia como la del coronavirus

Antes que llegara el coronavirus, el chavismo ya había devastado a Venezuela. La tragedia la vivimos los venezolanos desde hace 21 años producto de la ineficiencia, la corrupción, el militarismo y todos los males que encarna hoy el régimen de Maduro en medio de la peor crisis humanitaria de América Latina que, además, se suma a la expansión del coronavirus COVID-19 que ya afecta al país y que ha llevado al chavismo a imponer una cuarentena colectiva que resalta una serie de contradicciones ante la realidad venezolana que más adelante comentaré.

Si bien el país es vulnerable a la pandemia del coronavirus que ya deja millares de muertos por todo el mundo, la situación de Venezuela es alarmante desde distintos puntos que, sin duda, preocupan a la población. En primer término, la destrucción del sistema hospitalario es un obstáculo para que los médicos venezolanos puedan atender con mediana tranquilidad los casos que se están presentando pues en los hospitales del país no hay agua corriente con regularidad; los insumos necesarios para prevenir enfermedades están escasos o son desviado; los centros asistenciales no son inmunes a los cortes eléctricos que en el año 2019 dejaron un centenar de personas fallecidas en las unidades de cuidados intensivos según la Encuesta Nacional de Hospitales; los pacientes son los que deben comprar sus tratamientos para poder curarse de cualquier padecimiento y las enfermeras como los doctores en general tienen un salario de miseria que ha llevado a miles a abandonar suelo venezolano por lo que también la carencia de personal sanitario es un impedimento al buen cuidado de los convalecientes. De igual manera, otro de los obstáculos a los que se enfrenta Venezuela es la terquedad criminal del régimen de Maduro de no aceptar la ayuda humanitaria que países aliados a la causa de la libertad venezolana han ofrecido. No olvidemos que el 23 de febrero del 2019 grupos armados pro chavistas incendiaron en la frontera de Colombia y Venezuela varios camiones con cargamento humanitario que pretendían ingresar al país para ayudar a sobrellevar el drama que diariamente viven los ciudadanos, pero tampoco ignoremos las amenazas y allanamientos que han sufrido las organizaciones no gubernamentales que hacen grandes esfuerzos para llevar insumos a hospitales como el J.M. de Los Ríos y otras instituciones.


En estos momentos los venezolanos están en un estado de pánico y con toda la razón ya que Maduro impuso una serie de medidas preventivas contra el coronavirus como la cuarentena que busca mitigar la afluencia de personas en las calles del país para aislar las posibilidades de contraer el COVID-19, sin embargo, una cuarentena en Venezuela no es lo mismo a una cuarentena en Italia, España, Corea del Sur o Alemania, principalmente porque el chavismo esquilmó el Tesoro nacional y ahora el país no tiene las condiciones estructurales prioritarias para atajar la situación; la imposición de una cuarentena significa para millones de venezolanos que trabajan en la economía informal una sentencia de muerte doble debido a que sin laborar no tienen posibilidades de llevar el alimento a sus hogares. En estos momentos, en ciudades como Maracaibo, San Cristóbal o San Fernando de Apure hay cortes eléctricos, no importa el día o la hora en la que usted lea esto pues igualmente estas ciudades no tendrán en gran parte de sus comunidades servicios públicos óptimos como para que los ciudadanos se queden resguardados en sus casas con tranquilidad.

Pero si la cuarentena no es lo mismo en Venezuela que en otros países, una cuarentena en el Zulia es muy distinta al del resto de los estados. El Zulia, estado petrolero por excelencia, es el ejemplo más tétrico de la política de tierra arrasada implementada por el chavismo. La realidad de los zulianos es diametralmente opuesta a la de Caracas o Valencia; en el estado la gasolina es un lujo más que por su precio oficial es por la suerte de conseguir combustible en las estaciones de servicios donde las filas de carros para surtir los tanques son colosales y pueden tardar hasta días para poder salir. Frente a esto, los que puedan comprar gasolina en dólares recurren al mercado negro para intentar subsistir con algunos litros que en dos o tres días los coloca nuevamente en el reto de comprar excesivamente caro o hacer la ignominiosa fila. Ahora, agréguele usted la realidad diaria más el coronavirus y las medidas gubernamentales.

Así las cosas, el chavismo es el gran responsable de que el país no esté preparado mínimamente para enfrentar una pandemia como la del coronavirus. Hoy tratan de justificar la devastación acusando a las sanciones estadounidenses o buscando desesperadamente algún argumento para quitarse de encima sus responsabilidades. Millones de dólares malgastados, desviados, robados y desperdiciados en programas sociales inútiles que solo alimentan el populismo pero claramente dejan a los venezolanos desprotegidos. La combinación funesta de chavismo y coronavirus es trágica y los hechos hablan por sí solos.

➨ Carlos Guerrero Yamarte (@SrVenezolano)

Director de Subversión en letras y estudiante de Periodismo en la Universidad del Zulia (LUZ)

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