Ir al contenido principal

Tierra de libertad | Carlos Guerrero Yamarte


Los venezolanos debemos construir un pacto social entre nosotros que asegure la estabilidad, el bienestar, el respeto por las leyes y que derive en la adquisición de la libertad
La encarnizada batalla que libramos los venezolanos para expulsar al chavismo del poder en nuestro país no es cualquier cosa que se pueda resumir o pautar para un día determinado; marcar una fecha y que después no se materialice generaría frustraciones que solo beneficiarían a la dictadura que está cavilando acciones y reacciones que desestabilicen la ruta de la transición ya encaminada en Venezuela. 

Todos los venezolanos, y hasta el mundo entero, deseamos que la tragedia chavista llegue a su fin y permita que reconstruyamos en libertad un país devastado no por una guerra, no por una catástrofe natural pero sí por una ideología que en décadas pasadas fue aplicada con las mismas fracasadas recetas socialistas, eso a lo que Moíses Naím llama necrofilia ideológica: el amor o interés por rescatar ideas muertas que no funcionaron antes. Y esa libertad añorada por los venezolanos se ha traducido en una entrega total de cuerpo y alma a la causa de una tierra libre donde sea el respeto a las leyes y los derechos humanos los que nos permitan avanzar hacía una sociedad abierta y que sea garantía de respeto.

Rousseau dice en El Contrato Social que hay tres tipos de libertades, que yo considero primordiales para recuperar en el país, y que cada una tiene un nexo con la otra. La libertad natural es la que no reconoce otros límites que no sea la fuerza del individuo, esta la pierde el hombre cuando se adhiere al contrato social, pero al mismo instante obtiene la libertad civil que no es más que la propiedad de todo lo que posee pero que se haya limitada por la voluntad general, es, digamos, la libertad de ser ciudadanos. Pero hay otra más importante y es la libertad moral. “Es la única que hace al hombre verdaderamente dueño de sí mismo; pues el solo apetito es esclavitud, y la obediencia a la ley que uno se ha impuesto es libertad”

Los venezolanos debemos construir un pacto social entre nosotros que asegure la estabilidad, el bienestar, el respeto por las leyes y que derive en la adquisición de la libertad. La construcción de este pacto debe estar enmarcado en el individuo para que pueda obtener frutos y no los mismos errores que nos han traído hasta el punto en el que estamos, pues nos hemos acostumbrado a encontrar en un solo ídolo y su proyecto la ansiada esperanza de romper las cadenas pero lo único que hemos conseguido es que estas se enreden más en nosotros. 
La tierra de libertad y resiliencia que será Venezuela no tendrá una camisa de fuerza que no sea otra que el respeto a la Constitución
Por consiguiente, la tierra de libertad que queremos sea Venezuela no puede estar sometida a trivialidades ni mausoleos, no podemos despegar al desarrollo como sociedad si depositamos la fe en mesías que se creen una especie renovada de protohombres, los cuales dicen estar destinados a “salvarnos del abismo” pero naturalmente nos conducen allí. Para ser libres de verdad, para concretar en nuestro país esa utopía que tantos ven como lejana, tenemos la responsabilidad de limpiar nuestra mente de las viejas creencias que nos han mantenido amarrados a eternos conflictos políticos-ideológicos donde solo hay un camino, una visión y es la que impone el caudillo de turno. 

La tierra de libertad y resiliencia que será Venezuela no tendrá una camisa de fuerza que no sea otra que el respeto a la Constitución, a los derechos individuales de cada ciudadano, al respeto por la opinión, al valor por la educación, por el camino del desarrollo económico y social que tanto se anhela en este país cuya esencia se niega a perder en medio de la tragedia que hoy atraviesa. Superemos juntos los traumas que tenemos como sociedad y trabajemos por un país libre.

➨ Artículo escrito por Carlos Guerrero Yamarte (@SrVenezolano), director deSubversión en letras y estudiante de Periodismo en la Universidad del Zulia (LUZ)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Grandes personajes de la cultura Wayuu | Francisco Jiménez

L a cultura Wayuu es rica en todos sus aspectos, desde la parte socio-antropológica hasta la socio-cultural. Es interesante ver cómo el sistema de representación de este pueblo integra una serie de deidades importantes en su  universo mítico. La figura central es Maleiwa, Dios creador de los Wayuu y fundador de la sociedad. También están Maa y Juyá, esposos asociados a la generación de la vida. Maa, la madre Tierra, se asocia a la sequía, los vientos y algunos lugares que habita. Juyá, su esposo, es la gran lluvia de esas tierras. A pesar de esta gran majestuosidad y la  importancia que juega esta etnia en la  sociedad, se ha podido ver cómo han ido perdiendo el valor cultural que poseen, pues algunos  indígenas reniegan de sus propios orígenes; olvidándose así del  sentido de pertenencia y logrando de esta forma la deculturación . Cabe destacar que, aunque muchos indígenas niegan sus costumbres, existen  grandes personajes Wayuu que han colocado el nombre de la etnia en

Rocío San Miguel y la asfixia a la sociedad civil | Carlos Guerrero Yamarte

Rocío San Miguel ha sido recluída en El Helicoide, el mayor centrode tortura de Venezuela El fin de semana pasado y los posteriores días de carnaval en Venezuela se convirtieron en horas oscuras para la familia de la activista y presidente de la organización no gubernamental Control Ciudadano, Rocío San Miguel , quien fue arbitrariamente detenida el pasado viernes 9 de febrero en el aeropuerto internacional Simón Bolívar y luego resultó ser víctima de una desaparición forzada al igual que su hija Miranda Díaz San Miguel, dos de sus ex parejas y dos de sus hermanos. Pero la detención de Rocío San Miguel se convirtió en una estruendosa alarma para la sociedad civil venezolana que vio en su desaparición una arbitrariedad más que ha consternado al país y a la comunidad internacional, que volvió a conversar sobre la crítica situación de derechos humanos que atraviesa Venezuela, pues si el régimen chavista decidió silenciar a través de la persecución a una mujer que es experta en temas relac

Es hora de oxigenarse | Carlos Guerrero Yamarte

"El PSUV necesita irremediablemente una pausa, necesita oxigenarse, les urge volver a respirar y reinventarse" El chavismo como movimiento político y social ha fracasado. Es evidente. Pero ha fracasado porque ha decepcionado a sus propias bases; fracasó porque dejó de ser una esperanza para convertirse en una tragedia nacional. Aquel proyecto que en su momento encarnó Hugo Chávez es hoy el gran anatema que pesa sobre millones de personas que vieron en él una posibilidad de superación pero que, gracias a las desviaciones propias del autoritarismo, se transformó en una desgracia que urge detener. Los últimos acontecimientos en el país han dejado en evidencia, por enésima vez, las debilidades propias del sistema gobernante. En primer lugar, el chavismo ha seguido el guión de ruptura que siempre le ha servido para dividir a la oposición democrática, pero en estos momentos parece que no les funcionará; desde el poder han buscado detonar abstención y violencia, pero esta receta no