Un cordial saludo a todos los que leen este escrito, esta vez no vengo a dar mi opinión sobre algún tema en específico, en esta ocasión quiero –como dice el título- desahogarme un poco. Quiero liberar tanta frustración y enojo por este medio, ya que considero que el escribir y compartir mis pensamientos y sentimientos con ustedes es una buena manera de hacerlo.
Me quiero remontar al pasado, a aquella etapa de mi niñez donde era tan feliz y mis preocupaciones solo eran hacer mis tareas y cumplir rápido mis deberes para poder jugar lo más pronto que fuese posible... fue una linda etapa; mi niñez fue muy buena. A lo mejor ustedes concuerdan conmigo en esto sobre la niñez de cada uno, y tal vez hayan sido de esos niños que, como yo, teníamos ansías de crecer. Y yo particularmente quería crecer, pero no así, y esto solo tiene que ver con el hecho de que JAMÁS pedí, como muchos de nosotros, crecer, vivir mi adolescencia y entrada a la adultez bajo este gobierno miserable...
Yo siempre pensé que podría vivir mi adolescencia y empezar mi adultez en un país normal... pero Venezuela es de todo menos normal. Y esto es gracias a un grupo de psicópatas que creen es divertido destruir una nación y hacer sufrir a sus habitantes, y lo que duele de esto –dentro de tantas cosas- es que millones de venezolanos se han dejado manipular por ellos tal cuales títeres y los han ayudado a destruir el país, la vida de los venezolanos y la suyas también, porque déjenme decirles que el socialismo no es selectivo, este destruye sin mirar color de piel, estatus social e ideología política y/o religiosa... El socialismo es una peste, y si alguien que me lee esta a favor de éste, permítame decirle que su cerebro aún no lo ha estrenado.
Obviamente, cuando sé es niño (a) no nos damos cuenta de las cosas, pero a medida que vamos creciendo nos volvemos más conscientes y perspicaces, y así ha sido mi caso, como el de muchos otros. Personalmente, vi la entrada al caos cuando Nicolás Maduro ganó las elecciones, tan solo tenía entre 15-16 años, y recuerdo claramente las discusiones fuertes que tuve con mi familia porque apoyarían ese hombre, y les dije que tarde o temprano se iban a arrepentir, y sé que así ha sido. Sin embargo, al estudiar y leer producto de estas vivencias, me di cuenta de que esto que vivimos no es más que el resultado del desastre que se cometió hace más de 20 años.
También recuerdo que cuando ganó las elecciones estaba con mi mamá en el seguro social porque ella tenía un fuerte dolor de cabeza y al anunciar los resultados mis lágrimas fueron incontenibles y lloré como si hubiese perdido a un ser amado... Y así ha sido, he perdido al amor que desde pequeña he aprendido a amar, respetar y defender: he perdido a mí siempre y eterna amada Venezuela. Te hemos perdido más de 30 millones de venezolanos.
Posteriormente, mis cantidades de lágrimas solo fueron en aumento desde las protestas de 2014 hasta la actualidad, y gracias a presenciar día y noche cada protesta, cada noticia, cada enfrentamiento, cada humillación, cada muerte, decidí estudiar Ciencia Política, porque yo necesitaba entender y comprender por qué pasaba y pasa todo este desastre y tomé la mejor decisión de mi vida. Los venezolanos necesitan sabes de política, porque al desatenderse de ella estos son los resultados.
Por otro lado, nunca pensé que nosotros llegaríamos a pasar por algo así, uno comúnmente veía estas cosas en otras latitudes y pensábamos vagamente: “no, Venezuela no pasará por eso”, y años más tarde aquí estamos, sufriendo y hundiéndonos cada vez más. Y esto duele, sin duda duele muchísimo, Venezuela duele y es un dolor que llega al alma y espíritu, y los desgarra completamente. Lo siento como un vacío en todo mí ser al ver cómo te han maltratado y humillado tanto. Pulveriza el corazón ver cómo tus sonrisas que eran abundantes, solo se han convertido en raíces de amargura, troncos de tristeza, ramas de odio y hojas de infelicidad, todo ello nutrido por innumerables lágrimas de dolor y desesperanza. Te has marchitado.
Yo jamás pensé que podía albergar odio en mi corazón, pero este gobierno lo ha logrado. Cómo no hacerlo y no tenerles un rencor del mismo tamaño o más grande que su destrucción al país, cuando han vuelto cenizas todo aquello sobre lo que se erigió esta nación. Solo ansío que llegue el momento en el que tengan que pagar cada uno de sus actos y poder verlos a cada uno sufrir mucho más de lo que nosotros lo hemos hecho... ¡Y sin contemplaciones, sin condescendencia, sin compasión! Ellos no la han tenido con nadie.
Así mismo, a mí no solo me llena de tristeza, amargura, odio, rencor, infelicidad y depresión la situación por la que esté pasando, que como la de muchos, es no poder vivir mi juventud como lo deseé cuando era niña y quería crecer, también es:
· No poder ir a la universidad tranquila y sin miedo a que en un bus me roben, de camino a la facultad me violen o que en plena clase entren unos delincuentes y nos dejen sin ni siquiera los zapatos. O tal vez que entren a saquear en el campus universitario, o como en muchas ocasiones ha pasado, solo se escuchen las detonaciones y se respire el gas lacrimógeno -“el gas del bueno”- hacia las protestas estudiantiles.
· Es el no poder salir a disfrutar con los amigos por temor a que nos maten por quitarnos un celular o lo que sea.
· Es el no poder comprarse algo que nos guste, comer lo que se nos antoje o irse de viaje porque no hay dinero, y cuando hay un poco, pues las cosas ya no valen lo mismo porque la hiperinflación se come el poder adquisitivo.
· Es el no saber qué comer porque no hay comida, ni con qué comprarla.
· Es el estar buscando medicinas pero no poderlas comprar por los exorbitantes precios o porque simplemente no las hay. También es el temor a enfermarse porque hasta eso es un lujo, ya que las condiciones de los hospitales son paupérrimas.
· Es el ver a nuestros viejitos morirse de infartos en cola por cobrar la pensión; es el ver como son reprimidos por solo reclamar sus derechos.
· Es el ver no solo nuestra juventud desesperanzada, es también el cómo la vida de los niños, adolescentes y futuras generaciones no será óptima ni placentera, ya que están totalmente sin una orientación favorable.
· Es el ver como el oriente del país se esta hundiendo a causa de la crecida del Río Orinoco y el gobierno hace caso omiso de esta tragedia.
· Es el ver morir a niños por desnutrición. Y un sinfín de millones de cosas más que vivimos a diario.
Como lo he expresado anteriormente, no solo sufro por mi situación, también lo es por la de mi familia, por mis seres queridos, por cada venezolano que padece igual o peor que yo, porque esta crisis no nos toca a todos de la misma manera. Y sufre también el que se va del país y deja su familia y todo aquello que ama aquí, solo porque unos inútiles y sus seguidores están jugando a ser dioses y se creen dueños de un país, sus riquezas y habitantes.
Me atormenta ver cada vez que salgo de mi casa a personas comiendo y hurgando en la basura, pidiendo dinero o comida, personas deambulando en las calles, haciendo cualquier cosa por comida; ver a los ciudadanos que antes te brindaban una sonrisa y ahora en su cara solo hay dolor, preocupación, ojeras y trasnochos, porque para estos parásitos que gobiernan es divertido dejar sin energía eléctrica a Maracaibo entera, otros municipios del estado Zulia, y también otros estados. Sin embargo, en la capital zuliana esta problemática ha sobrepasado cualquier límite.
Como si no fuese poco lo que pasamos a eso se le suma jornadas eternas sin electricidad, porque los genios del gobierno son tan inservibles, inmorales e irresponsables que hacen pasar a los zulianos (incluyéndome) más de 24h continuas sin suministro eléctrico, sin poder comer bien, tomar agua fría, servicios telefónicos, dormir bien (personas llegaron al punto de dormir en aceras, techos e incluso ventanas de edificios porque el calor es inaguantable), sin ni siquiera poder bañarse porque agua no hay (en muchos lugares personas llevan más de un mes sin agua), siendo comidos por mosquitos y zancudos, sin poder comprar comida porque no hay punto de venta o la comida se ha dañado. Además, de la perdida de alimentos y dinero en el Zulia por este problema es grande y preocupante, la producción alimentaria y actividad comercial se ha reducido aún más por estos hechos, y los responsables tienen la cobardía de “justificar” su ineficiencia con que lo ocurrido en el puente General Rafael Urdaneta, las explosiones de estaciones de servicio eléctrico y otros eventos similares han sido un sabotaje... Para nada tiene que ver con el hecho de que no le hacen mantenimiento a las instalaciones que tienen años y años de haber sido construida.
Nunca nada es culpa de ellos, a pesar de que ellos son los que gobiernan y tiene control y militarización total y absoluta sobre todo. Siempre es culpa de una oposición mediocre que solo sirve para andar montando shows vergonzosos, del “Imperio Yankee”, de cualquier presidente enemigo, o de las iguanas... Pero así es el socialismo: es una peste que destruye y empobrece todo a su alrededor menos a quienes lo implementan. Al contrario, mientras más pobres e infelices somos todos nosotros, ellos se dan la gran vida y disfrutan a costillas de nuestra miseria, porque ser rico es malo, en tanto no seamos nosotros los que tienen dinero y buena calidad de vida.
Ellos solo dan migajas en tanto preparan otro golpe, como la gran reconversión monetaria que acabará con la hiperinflación y nos hará a todos súper ricos... Leí que muchas personas, varias de ellas con “buen conocimiento” lo llamaron dizque “paquete neoliberal”, pues parece que aún no han entendido absolutamente nada. Esto debería ser algo obvio, pero esta reconversión solo aumentará más la hiperinflación y el desastre económico.
Este gobierno así como ha sido el más débil a comparación de otros, también es muy cierto que es muy malvado, cada acto que ellos cometen esta caracterizado por la maldad y con el objeto de quitarnos las fuerzas. Pero así actúan regímenes de este estilo: buscan destruir y controlar todo hasta el punto de que el mínimo esfuerzo por hacerles frente termina en fracaso, desilusión y/o burla. Y lastima ver que esa maldad ha carcomido en muchos venezolanos que se aprovechan del sufrimiento de las otras personas para causarles más daño. Es realmente abominable cómo muchos venezolanos se hacen daño entre sí, cuando lo que se necesita es de ayuda mutua. La “viveza criolla” también nos esta matando.
Una de las cosas que me causa asombro es que aún hay gente que los apoya, y se podría dividir tal vez en dos bandos: 1. Los que tienen buena posición social y no les afecta en nada o no mucho la crisis, porque al contrario se sirven de ella, y tienen “enchufes” con el gobierno; y 2. Los idiotas pata en el suelo que no tienen qué comer, vestir, dinero, que la casa se les cae encima, y su vida es miserable, y aún así los apoyan y aplauden como focas. Y sin duda alguna, estos son los que más abundan. Puesto que, el gobierno ha sido inteligente al tomar a los débiles de mente y carácter, manipularlos, hacerles creer que son importantes para ellos, darles de vez en cuando limosnas, y mantenerlos bajo su control, ya que los dominan con dos cosas: dinero y comida.
Y sí, una vez que esto acabe (personalmente no creo que sea pronto, pero llegará el momento), se debe prohibir el socialismo, comunismo y todo lo que sea de izquierda, porque no podemos permitir que esta plaga siga existiendo y dañando el país; todo esto que estamos viviendo debe ser tallado hasta en piedras y debe estar en cada libro de historia, para que las futuras generaciones sepan lo que estamos pasando, y con ello irá nuestro testimonio para que nuestros hijos, nietos y bisnietos, sepan cómo ha sido todo este infierno, ya que nosotros estamos marcados por esta desgracia, esto jamás lo vamos a olvidar ni superar, porque ha golpeado nuestras vidas de una manera que jamás llegamos a imaginar.
Claramente, como lo he dejado saber, esto ha cambiado mis planes para esta etapa de mi vida, en la que me imaginé logrando muchas cosas como una muchacha de 21 años, disfrutando de mi juventud y buscando alcanzar mis metas y lograr ser exitosa... Es imposible no pensar que se me ha ido el tiempo y no me queda nada; el tiempo, lo más implacable de la vida. Y así como yo, están muchos jóvenes y adolescentes, y también niños que no viven una niñez normal y sana. Es difícil no sentirme triste, derrotada y perdida, aunque cada vez trato de reponerme y seguir luchando, a pesar de que llega el punto en donde me pregunto: “¿hasta cuándo?”.
Es injusto ver cómo los venezolanos son despreciados y marginados solo por buscar una vida mejor; y acá yo defiendo al venezolano (a) honesto y trabajador, no al que no le ha bastado con joder en Venezuela que ahora van y delinquen en otros países mal poniendo a los venezolanos, (porque obviamente la gente ve lo que un grupo pequeño hace mal, no el bien que hace la gran mayoría), a ese tipo de gente le debe caer todo el peso de la ley.
No me pondré con la tonada de que Venezuela ha recibido a millones de inmigrantes durante los años de auge y ahora los venezolanos en el éxodo son maltratados a cada lugar donde llegan, ya que eso si bien no escapa de la realidad, tiene ciertas connotaciones que requieren de un mejor análisis. Sin embargo, es lamentable la realidad de que los venezolanos en general representan una molestia en el extranjero solo por querer vivir con normalidad. No culpo a ningún país que toma las medidas correctas, sin arbitrariedades, para protegerse porque es lo correcto, pero tampoco es defendible el maltrato hacia los venezolanos. Era previsible que la migración venezolana alcanzaría estos niveles alarmantes, pero muchas naciones no se apresuraron para hacerle frente de una forma idónea. Varias de esas naciones –no hace falta mencionar cuáles- estaban felices al recibir dinero de acá y apoyando este sistema, pero cuando la pelota llegó a su patio les ha dejado de gustar el jueguito...
Para terminar, es necesario que los venezolanos aprehendamos de esto que vivimos, de esta gran lección y que no volvamos a tropezar con esta enorme piedra. Venezuela necesita cambiar de rumbo e ideologías, es necesario que conozcamos un real gobierno de derecha. Basta del socialismo que nos ha matado durante años, y preparémonos para la verdadera democracia, pero primero debemos derrotar este gobierno, crecer en cultura y sociedad, es urgente si queremos recuperar el país. También es primordial que entiendan que un gobierno esta para trabajar para los ciudadanos, servirles, defenderlos, etc, no al revés. Un gobierno esta para brindar a la población las oportunidades necesarias para vivir bien y florecer en éxito, no para mantenerlos y que vivan del Estado como si fuesen parásitos.
¡BASTA DE CONFORMISMO!
Artículo escrito por Dayana Cárdenas García (@Tweeterologa_), estudiante de Ciencia Política en la Universidad del Zulia (LUZ)
CADA DÍA MAS ORGULLOSA DE TI, EXCELENTE
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