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Un nuevo comienzo para Colombia


Iván Duque es el presidente electo con más alta participación en la historia de Colombia 

Mientras en teleSUR  los periodistas y los invitados para analizar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia descalificaban vergonzosamente al candidato del partido Centro Democrático, Iván Duque, en las calles colombianas y en la página oficial de la Registraduría Nacional la visión era mucho más distinta que las caras largas de los ponentes del canal.

Iván Duque, de 41 años, es el nuevo presidente de Colombia con el 53,98 por ciento de los votos, eso quiere decir que de acuerdo al padrón electoral del país, el presidente ha sido electo con 10.373.080 votos frente al 41,81 porciento de los que votaron por el candidato chavista, Gustavo Petro, es decir, 8.034.189 votos. La participación ha sido muy similar a la de la primera vuelta, la abstención ha sido de 47,02 por ciento, la más baja desde 1974.

El triunfo de Duque ha sido histórico, no solo por ser el presidente electo más votado de la historia de Colombia incluso superando a su mentor y catapulta política, Álvaro Uribe, sino porque  ha vencido a un candidato representado por una coalición muy amigable con el régimen chavista y que claramente representaba una amenaza para la estabilidad del país. Petro, confeso seguidor del sistema chavista, se erigió como el candidato del “cambio”, utilizando la misma línea discursiva que empleó Chávez en 1998 y agarrándose de propuestas populistas que no han tenido ningún tipo de frutos en Venezuela, salvó la destrucción, el saqueo y el éxodo de ciudadanos que solo ha beneficiado al establishment enquistado en el poder. Sin embargo, el triunfo de Duque logró quitarle las mascaras a los que se negaban a identificarse con Petro, como es el caso de la FARC y del ELN, quienes han pedido cerrar filas en torno al proyecto de país que encarnó el candidato de la izquierda radical.

Colombia amanece con un nuevo presidente y con un camino que labrar de ahora en adelante sin hipocresía ni mucho menos buscando acomodarse con las fuerzas beligerantes que aún continúan causando sufrimiento en los colombianos como es la guerrilla que no representa ni a más del 1 por ciento de los ciudadanos. Ante el presente, Duque debe cumplir con sus propuestas para hacer de Colombia una gran nación y alejarse de las posturas radicales para unir al país alrededor de su proyecto. Considero  que el acuerdo de paz debe revisarse a profundidad pero no puede “hacerse trizas”, sería peligroso y debilitaría a la democracia y al propio Gobierno, pero a los que cometieron crímenes de guerra como de lesa humanidad no se les puede premiar con un curul en el Congreso ni mucho menos se les puede exonerar los abusos que infligieron durante más de cincuenta años.


En temas tan elementales, el presidente Duque tendrá a una gran aliada a su mano derecha como lo es Marta Lucía Ramírez, la primera mujer en ser electa Vicepresidenta de Colombia, con quien contará para combatir la pobreza y la desigualdad pero también para alimentar la inversión y el crecimiento industrial así como la defensa de los Derechos Humanos. Los venezolanos tenemos la suerte de contar ahora con un Gobierno liderado por dos personas que están empapados de la realidad venezolana y que comprenden muy bien la diplomacia pero que ante todo no están dispuestos a callarse ningún abuso. Un nuevo comienzo está abriéndose paso en Colombia, y los venezolanos tendremos a grandes aliados.

REDACCIÓN INTERNACIONAL 

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