Normalmente decimos que la responsabilidad de la tragedia nacional recae única y exclusivamente en las manos de los políticos que son los que se enfrentan unos con otros y que al fin son estos los que llegan a ocupar pequeñas cuotas de poder, pero los ciudadanos obviamos funciones elementales propias para actuar en pro del beneficio colectivo o individual ante situaciones tan calamitosas como las que padece Venezuela.
Salvar al país de la destrucción histórica provocada por la gran peste chavista es una labor que no podemos depositar solo en los partidos políticos, que son una pieza fundamental para el rescate de la democracia, pero que solos no pueden y necesitan de todos los ciudadanos para poder organizar la lucha que demandamos la gran mayoría. Y así como los partidos políticos no pueden luchar solos contra la tiranía, las organizaciones no gubernamentales tampoco son capaces, el mismo escenario se presenta para la Iglesia, en las universidades e incluso para los ciudadanos. En este escenario, nadie puede solo.
La unidad nacional es la única herramienta idónea para derrotar los males que golpean a la nación y que ha obligado a millones de compatriotas a huir por las fronteras y al mismo tiempo escapar del hambre que mantiene preso de la desnutrición a más de un millón de personas y a otros miles más comiendo de la basura y sufriendo la escasez crónica de medicinas. Solo será posible cohesionando fuerzas en un solo núcleo para salir de esta insoportable pesadilla que día tras días despabila nuestra realidad.
Ciudadanos, rescatar a Venezuela es tarea de todos y para todos. Despojemos nuestro discurso de división, odios y resentimientos contra aquellos que creen en una estrategia distinta a la de los demás; nuestra tarea debe ser entendimiento entre los factores disidentes para poder delimitar una hoja de ruta que nos lleve a la acción.
¡Reflexionemos!
- Artículo escrito por Carlos Guerrero Yamarte | @SrVenezolano
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