Ir al contenido principal

Concertación por la libertad y la democracia | Ángel Machado

Durante la década de los 80, Chile vivió una de las dictaduras más crueles de América Latina. Augusto Pinochet encarnó una dictadura de ultraderecha que se encargó de perseguir, encarcelar y asesinar a todos aquellos que fueran obstáculos u oposición a su régimen.

A pesar de lo cruda que fue la dictadura de Pinochet se abrió una ventana electoral. En 1988 se realizó el plebiscito nacional, donde los chilenos debían elegir si querían que Pinochet siguiera en el poder hasta 1997. Los partidos que hacían oposición a este régimen, los cuales en su mayoría estaban ilegalizados por orden del dictador, plantearon una estrategia común, se unificaron en un solo bloque llamado Concertación de Partidos por la Democracia.

Todos los esfuerzos de la Concertación por el No, los recursos económicos y el capital humano estuvieron destinados a una sola cosa, a generar una estrategia única para que todo el pueblo chileno se movilizara entorno al “No”, opción que promovía la oposición. Todos sabemos cómo terminó esa historia, la Concertación por el No ganó con 55,99% de los votos y Chile poco a poco fue recuperando su democracia.

Venezuela tiene un escenario similar al que vivió Chile en los 80, y si bien nosotros hemos decidido no participar en un proceso electoral como las presidenciales porque carecen de legitimidad, también es cierto que como Unidad hace falta que nos unifiquemos como bloque, que dejemos de lado las ideologías y nos concentremos únicamente en la Concertación por la democracia y la libertad de Venezuela.

Aunque se diga fácil, unirnos todos en una concertación es un proceso complejo, pero lo debemos hacer. Llegó el momento de recorrer dos caminos simultáneos. Uno, aumentar la presión internacional en todos los ámbitos, no solo por parte de los otros países sino de todas la instancias (OEA, ONU, CIDH, entre otras) que no exista un país y una institución que no conozca que en Venezuela la gente muere a diario por hambre y por falta de medicinas, que vivimos la peor crisis humanitaria de la historia de América y, que a pesar de eso la dictadura plantea unas elecciones presidenciales amañadas para mantenerse en el poder.

Dos, hay que aumentar la presión nacional en la calle, hoy quizás está apagada por falta de motivación producto de la desconfianza, pero necesitamos movilizarnos por una causa que es mucho más noble que cualquier partido político, la libertad de Venezuela.

Debemos unificarnos como lo hizo Chile, dejar de lado las pasiones y las agendas unilaterales, y denunciar a quienes digan que son de oposición pero en realidad no son más que agentes de la dictadura que pretenden que Nicolás Maduro continúe aferrado al poder. Llegó el momento de ser constantes en nuestra lucha y rescatar la democracia y la libertad de Venezuela.

Sigamos avanzando con fuerza y convicción

¡Fuerza y Fe Venezuela!

  • Artículo escrito por Ángel Machado | @angelmachadove

Comentarios

Entradas populares de este blog

Grandes personajes de la cultura Wayuu | Francisco Jiménez

L a cultura Wayuu es rica en todos sus aspectos, desde la parte socio-antropológica hasta la socio-cultural. Es interesante ver cómo el sistema de representación de este pueblo integra una serie de deidades importantes en su  universo mítico. La figura central es Maleiwa, Dios creador de los Wayuu y fundador de la sociedad. También están Maa y Juyá, esposos asociados a la generación de la vida. Maa, la madre Tierra, se asocia a la sequía, los vientos y algunos lugares que habita. Juyá, su esposo, es la gran lluvia de esas tierras. A pesar de esta gran majestuosidad y la  importancia que juega esta etnia en la  sociedad, se ha podido ver cómo han ido perdiendo el valor cultural que poseen, pues algunos  indígenas reniegan de sus propios orígenes; olvidándose así del  sentido de pertenencia y logrando de esta forma la deculturación . Cabe destacar que, aunque muchos indígenas niegan sus costumbres, existen  grandes personajes Wayuu que han colocado el nombre de la etnia en

Rocío San Miguel y la asfixia a la sociedad civil | Carlos Guerrero Yamarte

Rocío San Miguel ha sido recluída en El Helicoide, el mayor centrode tortura de Venezuela El fin de semana pasado y los posteriores días de carnaval en Venezuela se convirtieron en horas oscuras para la familia de la activista y presidente de la organización no gubernamental Control Ciudadano, Rocío San Miguel , quien fue arbitrariamente detenida el pasado viernes 9 de febrero en el aeropuerto internacional Simón Bolívar y luego resultó ser víctima de una desaparición forzada al igual que su hija Miranda Díaz San Miguel, dos de sus ex parejas y dos de sus hermanos. Pero la detención de Rocío San Miguel se convirtió en una estruendosa alarma para la sociedad civil venezolana que vio en su desaparición una arbitrariedad más que ha consternado al país y a la comunidad internacional, que volvió a conversar sobre la crítica situación de derechos humanos que atraviesa Venezuela, pues si el régimen chavista decidió silenciar a través de la persecución a una mujer que es experta en temas relac

Es hora de oxigenarse | Carlos Guerrero Yamarte

"El PSUV necesita irremediablemente una pausa, necesita oxigenarse, les urge volver a respirar y reinventarse" El chavismo como movimiento político y social ha fracasado. Es evidente. Pero ha fracasado porque ha decepcionado a sus propias bases; fracasó porque dejó de ser una esperanza para convertirse en una tragedia nacional. Aquel proyecto que en su momento encarnó Hugo Chávez es hoy el gran anatema que pesa sobre millones de personas que vieron en él una posibilidad de superación pero que, gracias a las desviaciones propias del autoritarismo, se transformó en una desgracia que urge detener. Los últimos acontecimientos en el país han dejado en evidencia, por enésima vez, las debilidades propias del sistema gobernante. En primer lugar, el chavismo ha seguido el guión de ruptura que siempre le ha servido para dividir a la oposición democrática, pero en estos momentos parece que no les funcionará; desde el poder han buscado detonar abstención y violencia, pero esta receta no