Venezuela atraviesa uno de los momentos históricos más difíciles. Nos encontramos en un país donde algunos deciden asumirlo todo y otros prefieren no asumir nada
Para algunos no hay esfuerzos grandes ni valederos, convierten en pequeña cualquier lucha; para otros la lucha, por más pequeña que sea, significa esperanza, es la suma de pequeñas luchas lo que nos llevará a la transformación que queremos y necesitamos.
El primer gran reto está en conquistar a esa parte que prefiere hacer muy poco. Antes de lograr la conquista de una verdadera libertad, estamos en un proceso donde todos somos esenciales pero donde también debemos necesariamente desechar a los traidores del proceso, a los que colaboran con el gobierno.
Cuando hablamos de transformación no solo se trata de lo político, se trata también de lo social y lo ciudadano. La realidad de hoy tiene una trascendencia en la gente, la gallardía ciudadana que nos acompaña es grande pero preferimos no utilizarla porque el resultado no nos puede convenir. Se acabó el tiempo de las conveniencias. Empecemos por valorar los grandes esfuerzos que se han hecho en la lucha por cambiar nuestro país.
El 2017 ha sido un año de lucha, victorias, derrotas, y aunque satanizamos a la dirigencia política, la realidad es que la mayoría lo ha dado todo y así lo han demostrado, pero lo mas importante es que han decidido quedarse y accionar.
Es la hora de los grandes gestos ciudadanos, que mejor ejemplo que el de Juan Pablo Guanipa cuando decidió no juramentarse ante la ANC. Esto fue sin duda un hecho político y también un acto ciudadano lleno de rebeldía, entereza y gallardía, un acto que solo los buenos ciudadanos, dispuestos a hacer lo mismo, sabrán recibirlo.
A un pueblo con suprema dignidad y fortalecido en principios y valores no habrá tiranía que pueda someterlo.
- Artículo escrito por Ybrahim Gutierrez | @Ybragutierrez
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