Cuando Venezuela se enfrenta a
circunstancias complejas en el área económica que ha causado un grave deterioro
en la calidad de vida de los ciudadanos y ha llevado al país a tocar techos
nunca antes vistos en los índices de la pobreza y hambre, el régimen chavista
se empeña en continuar destruyendo las cenizas de la economía nacional con proyectos constituyentes ilegales y planes
que son desconocidos por la comunidad internacional dada la ilegitimidad con la
que se impuso la Asamblea Constituyente,
una especie de Gran Soviet que discute sobre juicios a disidentes antes de
atender los problemas que desgarran el día a día del pueblo.
La
presidenta de este tribunal sumarísimo, Delcy
Rodríguez, aseguró la semana pasada que la “Ley contra el Odio” era un
“ejemplo a seguir por las naciones del mundo”, esto, ante la lluvia de críticas
de la sociedad por el adefesio de ley que se promulgó sin el consentimiento de
la Asamblea Nacional, única institución reconocida en el mundo como poder
legislativo. Sin embargo, es claro que el cinismo de quien ha usurpado las
funciones del legítimo Parlamento es un punto fundamental para que la comunidad
internacional no tome en cuenta ni en serio las acciones de la ANC que a través
de “decisiones plenipotenciarias” han perseguido y siguen persiguiendo a
empresarios grandes, medianos y pequeños que intentan subsistir con la crisis
económica pero que por si fuera poco deben lidiar con la asfixia permanente que
desde el régimen y ahora la ANC le propinan.
Venezuela
está en un proceso de “refinanciar y reestructurar su deuda”, tal como lo
anunció en días pasados el impopular presidente Nicolás Maduro, no obstante, Estados Unidos le ha advertido al
régimen chavista y a los tenedores de bonos y acreedores que el único órgano
capaz de autorizar y participar en la refinanciación de la deuda externa
venezolana (la cual asciende a más 137
mil millones de dólares) es el Asamblea Nacional, no la Asamblea
Constituyente, pues esta no ha sido electa por la mayoría de los venezolanos de
forma transparente y libre y además está rodeada de denuncias de fraude. Ahora,
al régimen se le presenta una nueva encrucijada, pues tiene que sentarse a
dialogar con la Asamblea Nacional o sus planes de refinanciar la deuda quedarán
en el tobo de la basura, pues ha sido justamente la Asamblea Constituyente
chavista la que ha bloqueado cualquier ayuda, cooperación internacional y ley
que apruebe el Parlamento de mayoría opositora.
Ha
sido la Asamblea Constituyente, en manos de Delcy Rodríguez, el principal
factor junto a la terquedad de Maduro y sus asesores que la crisis económica
nacional continúe su caída libre y que absolutamente nadie haga nada dentro de
la cúpula gubernamental para poder hacer caer en cuenta al presidente de la
terrible situación que día tras día
viven los venezolanos, pues los problemas abundan: desde la crónica
escasez de medicamentos y alimentos, hasta la crisis de efectivo que ha dejado
a miles de millones de venezolanos sin billetes para poder sobrevivir ante el
ataque cotidiano de las políticas chavistas a sus bolsillos.
Enlace sugerido: http://www.el-nacional.com/noticias/economia/cada-venezolano-debe-4720-dolares-por-deuda-externa_211434
REDACCIÓN ECONOMÍA
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