Alemania cambió definitivamente con Angela Merkel y ese cambio se ha traducido en victorias constantes para la “dama de hierro”, como usualmente se le dice a la poderosa canciller alemana que es amada en su país, pero odiada al sur de Europa por sus planes de austeridad en tiempos de convulsión económica.
El domingo, Merkel, de la mano de su partido, el conservador Unión Demócrata Cristiana (CDU), logró la mayoría de los escaños pero no los requeridos para formar un gobierno por sí sola. Su sociedad, quien ha venido ganando elecciones federales desde 2005 con ella a la cabeza, ha conquistado a los alemanas por su vocación por el trabajo y el desarrollo que en los últimos año ha hecho de Alemania la primera potencia de Europa y una de las primeras del mundo.
Angela Merkel es una mujer inteligencia y aguda en sus análisis, se dice que cualquier situación que se le presenta la analiza a profundidad hasta las últimas circunstancias y a partir de allí es que crea su opinión. Los alemanes ven en Merkel algo más brillante y poderoso de lo que los británicos notaron en Margaret Thatcher y le han dado su apoyo irrestricto a pesar de las dificultades internas y externas que le ha tocado afrontar a la canciller: desde la impresionante marea de inmigrantes hasta el Brexit, y no quiero dejar de mencionar la llegada al poder de Donald Trump.
Con este cuarto mandato que seguramente enfrentará Angela Merkel con mayor disciplina, nuevos retos irán posicionándose sobre su mesa de trabajo y le tocará nuevamente a esta mujer de 63 años enfrentar los duros avatares del quehacer político en la primera potencia Europea, especialmente tener que lidiar con una ultraderecha concentrada en la Alternativa para Alemania (AD) que en estas elecciones obtuvo un 13% de votos, lo que se traduce en 80 escaños, una situación inédita en décadas, pues nuevamente los filonazis tienen asientos en el Bundestag.
Merkel tendrá que lidiar con la inmigración y el terrorismo que ha azotado a Europa en los últimos años y meses, y que Berlín no ha salido ilesa. Tiene una gran responsabilidad regional con el Brexit, negociar sabiamente la salida definitiva del Reino Unido y poder soportar a la primera ministra británica, esto sin dejar de mencionar a Trump y su desdén por la vida y la vulgar intervención rusa en los asuntos europeos. Nuevos retos se avecinan para la mujer más poderosa del mundo, pero nuevamente Merkel sabrá superarlos, esperemos.
- Artículo escrito por Carlos Guerrero | @SrVenezolano
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