La Oposición venezolana recibió un mandato popular inédito en nuestra historia republicana el pasado 16 de julio en una consulta popular que ha sido respaldada tanto en el ámbito nacional como internacional, ya que demostró una vez más el carácter democrático que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), a pesar de que a muchos actores políticos y sociales les parece muy sumisa la postura de la coalición opositora.
La MUD es un gran movimiento político, social, cultural e incluyente que se debe al pueblo venezolano, pero que a juicio de algunas críticas, la coalición democrática no hay logrado capitalizar el descontento nacional. Hoy día la Oposición debe actuar en pro de la mayoría que es, no puede permitir que sea la minoría gobernante la que imponga la agenda cuando la sociedad demanda cambios y acciones claras, no engañosas ni subyugadas a intereses particulares, pues es obvio que la situación del país demanda compromiso y seriedad de la clase política nacional.
Cumplir con el pueblo es lo que exigen los venezolanos; enfrentar las adversidades en unidad es urgente y enfrentarse a las críticas con diplomacia para poder crecer y superar las debilidades que están presentes. El reto de la MUD es inmenso, y los ciudadanos debemos empujar para lograr sobrepasar las circunstancias de desventajas para el pueblo.
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