El deseo de justicia no es sólo para un joven, es para todas las víctimas de la represión chavista que se ha cebado contra los venezolanos agerridos y convencidos de la necesidad de u cambio urgente para reorientar el rumbo de Venezuela mediante elecciones libres y justas. Pero el mensaje de estas líneas es en honor a Paúl Moreno.
Desde el 18 de mayo, día en que murió arrollado el joven estudiante de medicina en la ciudad de Maracaibo, los rumores no ha cesado, incluso después que sus asesinos se entregarán a las autoridades una semana después de su cruel y despiadada muerte. Lamentablemente, el dinero de los asesinos ha logrado darles un grado de comodidades dentro de los tribunales, a tal punto que no se encuentran recluidos en celdas, según la prensa local, y la liberación que le fue otorgada a Liz Mary Hernández, pareja y cómplice de Omar Barrios, el hombre que manejaba la camioneta que le arrebató la vida a Paúl Moreno.
Desde este espacio de opinión se alerta de las triquiñuelas que se planean para expiar el delito de los homicidas y reivindicar la impunidad que se apoderó de la justicia venezolana. Justicia es lo que necesitan las víctimas y los familiares para que su dolor sea medianamente consolado. Instamos al fiscal 4° del Ministerio Público, Israel Vargas, ha buscar los medios constitucionales a su alcance para que la justicia se imponga en este caso.
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