El problema no es la Constitución, el problema es su incumplimiento por parte de una cúpula alejada del Estado de Derecho y la supremacía de la justicia
“Juro por esta moribunda Constitución”, esa fue la frase con la que inició su discurso el difunto Hugo Chávez al tomar posesión de la presidencia de la República en 1999. 18 años después, la moribunda no es la Constitución, el moribundo es su presidente.
Al pretender convocar a una constituyente “comunal”, el régimen dictatorial actual reafirma cuan alejados están de la realidad que vive diariamente el ciudadano. El hambre, la miseria, las muertes por inseguridad, la falta de medicamentos e insumos médicos, el cercenar la libertad de expresión y el desconocer la voluntad del soberano e impedir su expresión en las urnas electorales han convertido las calles de Venezuela en una olla de presión que puede explotar en cualquier momento.
El problema no es la Constitución, el problema es su incumplimiento por parte de una cúpula alejada del Estado de derecho y la supremacía de la justicia. Las leyes actuales solo sirven o se cumplen cuando son invocadas por el mismo sector que las pisotea. El Referéndum Revocatorio, por ejemplo, contemplado en la Carta Magna, fue pisoteado y bloqueado por quienes dicen que “dentro de la Constitución todo, fuera de ella nada”.
Una constituyente “comunal”, en los términos expuestos por Nicolás Maduro, en primer lugar crea la figura de una “Asamblea Constituyente Comunal” -totalmente fraudulenta- que no es la misma que la Asamblea Nacional electa por el soberano y bloqueada por el dictador. Según Maduro, las dos asambleas podrían “convivir”.
Quienes redactarían la nueva Constitución no serían los diputados electos en las urnas por el soberano. La elección de unos 500 “asambleístas” sería de forma directa por sindicatos, gremios y sectores e instituciones seleccionados a dedo y que se identifiquen -obviamente- con el “socialismo del siglo XXI”. Esto desconocería la voluntad del pueblo, pues la soberanía de la nación reside en el voto de todos los ciudadanos sin discriminación ni distinción.
Si pensaban que al recular con las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia que violaban y anulaban la inmunidad parlamentaria -contemplada en la Constitución- el golpe de Estado o “impasse” terminaba ahí, pues no, en Venezuela hay un golpe de Estado continuado, ahora “constituyentista”.
Que irónico que la misma oposición que en 1999 se opuso a la actual Carta Magna sea quienes junto al pueblo griten hoy: ¡Respeten la Constitución!
Ahora le toca al ciudadano rebelarse ante semejante atropello al Estado de Derecho. La FANB no puede respaldar semejante fraude cuyo objetivo es distraer y pisotear aún más a pueblo venezolano. Estamos ante el aniquilamiento de la democracia y debemos actuar en consecuencia. Esto no es una constituyente, es un fraude. Hoy la moribunda no es la Constitución, es su presidente que no la cumple.
Orlando Chacón | @OrlandoChacon_