Es lógico que los venezolanos se pregunten a diario en las calles, en sus centros de trabajo, en sus casas, en el transporte público o incluso frente al televisor cuando algún funcionario del régimen chavista defiende a capa y espada la propuesta constituyentista -aprobada ya por el cómplice Consejo Nacional Electoral (CNE)- si esta excusa impuesta sin consulta popular logrará solventar los graves problemas que están padeciendo los venezolanos, es decir, ¿la Constituyente comunal acabará con el hambre y la feroz desnutrición? ¿La Constituyente “militar” sofocará la delincuencia que anualmente se roba la vida de más de 20 mil personas? ¿La Constituyente “educativa” va a solucionar la escasez de alimentos en las escuelas pero además ayudará al maestro a sobrevivir de la inflación que se come su sueldo? ¿O acaso la Constituyente ideada por Nicolás Maduro a su semejanza va a salvarle la vida a los enfermos de cáncer que no consiguen su tratamiento y a las madres embarazadas que no encuentran los medicamentos para el buen desarrollo de sus hijos?
Todas son preguntas que los ciudadanos deben realizarse, porque desde el Gobierno nacional se habla en demasía de la Constituyente “para buscar la paz”, pero no se propone nada para arreglar los problemas del país. Además, ¿creen ustedes que con una nueva Constitución, que de principio es fraudulenta porque fue convocada de manera ilegal, terminará acabando con las protestas de los obreros, campesinos, pescadores, médicos, maestros y demás gremios cuando ni siquiera se les ha resuelto sus problemas con la actual, que según el régimen era “la mejor del mundo”?
Nuevamente se está engañando al más incauto con demagogia barata para intentar contentar a todo aquel que tiene derecho a molestarse porque observa con tristeza como su futuro se ha desvanecido y su presente ha ido decayendo ante la crisis económica que no es remediada, ni lo será, por el Gobierno nacional. Es justo y necesario preguntarse por qué el presidente Maduro propuso “constitucionalizar” los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) en una nueva Carta Magna cuando todos saben en Venezuela que los Clap no son la solución a los problemas porque un país no crece ni se desarrolla cuando el gobierno de turno le lleva una caja de comida a los ciudadanos cada quince días, un mes o tres meses. Ese no es el camino y quien lo respalde está errado. La solución clara a estos problemas es crear un gran programa económico que permita a los ciudadanos acceder a alimentos producidos en Venezuela por empresarios dispuestos a convivir en un ambiente donde sea el gobierno quien respete la propiedad privada y no expropie cuando algo no sale bien, porque es de allí, de las expropiaciones donde surge un factor principalísimo de nuestra situación actual.
Lo correcto sería que el campo venezolano produjera y no tener los venezolanos estar esperando de forma humillante que otro país les ayude y además que los consejos comunales terminen por incrementar la corrupción con la manipulación de los alimentos del pueblo. Una Constituyente no va a solucionar sus problemas, todo lo contrario, mientras más el régimen actúe de forma arbitraria y despótica, más ciudadanos se sumarán cada día a la búsqueda de un país distinto al que ofrece Nicolás Maduro. Todos deben reflexionar, porque Venezuela es de todos y perderla sería peor. Hay que rescatarla definitivamente.
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