Ir al contenido principal

EDITORIAL | Nicolás, escucha al pueblo


Nicolás Maduro, usted que es el presidente de la República, que ha tomado una postura antidemocrática y poco afable con los ciudadanos que están en las calles espontáneamente exigiendo cambios concretos e inmediatos, tiene la obligación de sentarse a reflexionar, y perdone usted si no es pedirle demás, pero su obligación es ineludible en tiempos tan oscuros como los que vive la patria. 

Usted, Nicolás Maduro, debe dejar a un lado su ambición por el poder y esa manía repulsiva de reprimir y acallar a todo aquel que piense distinto a su posición, porque eso, Nicolás, no le ayuda en nada. Encarcelar jóvenes, políticos, amenazar a periodistas, retener pasaportes, asesinar a ciudadanos, ordenar disparar metras y trozos de cabilla no lo van a salvar, Nicolás, del repudio mundial que tiene; usted que se dice el “presidente obrero” está dejando sin futuro a los hijos de esos trabajadores que dice representar. Usted, Nicolás, debe dar un paso atrás y detener esa idea desquiciada de una “Constituyente comunal” que no resolverá nada, y lo sabe, porque la actual Carta Magna puede ayudar a resolver los problemas siempre y cuando usted esté dispuesto a cumplirla. 

Nicolás Maduro, usted que ostenta el cargo de presidente, deténgase un segundo y reflexione sobre su vida y la gran diferencia que tiene con el pueblo. El pueblo, ese colectivo nacional de hombres y mujeres que no le aprueban su gestión, tienen derecho a vivir en democracia y no soportar las duras penas de una dictadura. Usted, Nicolás, debe permitirles a los venezolanos vivir en democracia y decidir justa y equitativamente si se va o se queda, pero buscar una Constituyente no es la actitud más genuina que debe de tener un “demócrata”, como usted se autodenomina. Piénselo, Nicolás.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Grandes personajes de la cultura Wayuu | Francisco Jiménez

L a cultura Wayuu es rica en todos sus aspectos, desde la parte socio-antropológica hasta la socio-cultural. Es interesante ver cómo el sistema de representación de este pueblo integra una serie de deidades importantes en su  universo mítico. La figura central es Maleiwa, Dios creador de los Wayuu y fundador de la sociedad. También están Maa y Juyá, esposos asociados a la generación de la vida. Maa, la madre Tierra, se asocia a la sequía, los vientos y algunos lugares que habita. Juyá, su esposo, es la gran lluvia de esas tierras. A pesar de esta gran majestuosidad y la  importancia que juega esta etnia en la  sociedad, se ha podido ver cómo han ido perdiendo el valor cultural que poseen, pues algunos  indígenas reniegan de sus propios orígenes; olvidándose así del  sentido de pertenencia y logrando de esta forma la deculturación . Cabe destacar que, aunque muchos indígenas niegan sus costumbres, existen  grandes personajes Wayuu que han colocado el nombre de la etnia en

Rocío San Miguel y la asfixia a la sociedad civil | Carlos Guerrero Yamarte

Rocío San Miguel ha sido recluída en El Helicoide, el mayor centrode tortura de Venezuela El fin de semana pasado y los posteriores días de carnaval en Venezuela se convirtieron en horas oscuras para la familia de la activista y presidente de la organización no gubernamental Control Ciudadano, Rocío San Miguel , quien fue arbitrariamente detenida el pasado viernes 9 de febrero en el aeropuerto internacional Simón Bolívar y luego resultó ser víctima de una desaparición forzada al igual que su hija Miranda Díaz San Miguel, dos de sus ex parejas y dos de sus hermanos. Pero la detención de Rocío San Miguel se convirtió en una estruendosa alarma para la sociedad civil venezolana que vio en su desaparición una arbitrariedad más que ha consternado al país y a la comunidad internacional, que volvió a conversar sobre la crítica situación de derechos humanos que atraviesa Venezuela, pues si el régimen chavista decidió silenciar a través de la persecución a una mujer que es experta en temas relac

Es hora de oxigenarse | Carlos Guerrero Yamarte

"El PSUV necesita irremediablemente una pausa, necesita oxigenarse, les urge volver a respirar y reinventarse" El chavismo como movimiento político y social ha fracasado. Es evidente. Pero ha fracasado porque ha decepcionado a sus propias bases; fracasó porque dejó de ser una esperanza para convertirse en una tragedia nacional. Aquel proyecto que en su momento encarnó Hugo Chávez es hoy el gran anatema que pesa sobre millones de personas que vieron en él una posibilidad de superación pero que, gracias a las desviaciones propias del autoritarismo, se transformó en una desgracia que urge detener. Los últimos acontecimientos en el país han dejado en evidencia, por enésima vez, las debilidades propias del sistema gobernante. En primer lugar, el chavismo ha seguido el guión de ruptura que siempre le ha servido para dividir a la oposición democrática, pero en estos momentos parece que no les funcionará; desde el poder han buscado detonar abstención y violencia, pero esta receta no