La crisis venezolana se ha recrudecido en las últimas semanas y ha cobrado la vida de 40 ciudadanos en torno a las protestas. Muertes que han conmovido a toda la nación, especialmente por la forma en cómo han perdido la vida: la mayoría protestando por un cambio político que le garantice la democracia al país y permita a todos elegir a sus gobernantes de forma constitucional y no con parámetros impuestos desde el poder.
La rebelión cívica ha abierto paso a la represión salvaje y asesina en las calles de Venezuela; a las fuerzas del orden no les tiembla el pulso en desenfundar sus armas contra los ciudadanos. Oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) disparan bombas lacrimógenas “a quema ropa” y se han cobrado vidas como la de Juan Pernalete, por ejemplo, joven estudiante y han producidos cientos de heridos
Hoy, las lágrimas de los venezolanos son por la libertad, por la tristeza que embarga a las familias de los caídos que lucharon hasta lo último por la democracia y los derechos que han encarcelado en el país los que ostentan el poder. Lágrimas que son de impotencia y rabia por el odio que se inyecta día tras día contra el que piensa diferente al régimen, lágrimas por los que se han ido en busca de un futuro, lágrimas por aquellos que soportan la malevolencia gubernamental y no se atreven a rebelarse en pro de la libertad. Las lágrimas de los venezolanos son acompañadas por esperanzas que se renuevan y que impulsan a todos a seguir luchando por la libertad. Lágrimas por libertad tienen los venezolanos.
La rebelión cívica ha abierto paso a la represión salvaje y asesina en las calles de Venezuela; a las fuerzas del orden no les tiembla el pulso en desenfundar sus armas contra los ciudadanos. Oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) disparan bombas lacrimógenas “a quema ropa” y se han cobrado vidas como la de Juan Pernalete, por ejemplo, joven estudiante y han producidos cientos de heridos
Hoy, las lágrimas de los venezolanos son por la libertad, por la tristeza que embarga a las familias de los caídos que lucharon hasta lo último por la democracia y los derechos que han encarcelado en el país los que ostentan el poder. Lágrimas que son de impotencia y rabia por el odio que se inyecta día tras día contra el que piensa diferente al régimen, lágrimas por los que se han ido en busca de un futuro, lágrimas por aquellos que soportan la malevolencia gubernamental y no se atreven a rebelarse en pro de la libertad. Las lágrimas de los venezolanos son acompañadas por esperanzas que se renuevan y que impulsan a todos a seguir luchando por la libertad. Lágrimas por libertad tienen los venezolanos.
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