Ir al contenido principal

La derrota que le podría complicar el gobierno a Trump


En dos ocasiones la votación fue cancelada por el Partido Republicano. La facción ultraconservadora del GOP frenó las aspiraciones del presidente. La Corte Suprema y el Congreso pueden ser los obstáculos en la agenda de Trump

Las habilidades negociadoras de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, fallaron esta vez. El magnate republicano sufrió su primera gran derrota política y su primer revés legislativo, uno que le podría traer un alto costo político, uno que podría ser el vestigio de una agenda truncada por el trabado camino del Poder Público estadounidense.

De entre sus más sonadas promesas de campaña, Trump decidió emprender el camino y tratar de materializarlas. El primer intento fue derogar la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, mejor conocida como Obamacare. 

El mandatario afirma que esa ley, la cual exige que la mayoría de los ciudadanos estadounidenses adultos posea una cobertura médica o póliza de seguro, ya sea mediante una subvención del Estado o un paquete adquirido en una aseguradora privada, exacerba el incremento de costos de los programas de salud al darse constantes situaciones en las que esas compañías se aprovechan de la ley para ofertar pólizas a sobreprecio en vista de su obligatoria adquisición.

La estrategia de Trump se basó en tomar partido de la mayoría republicana en ambas cámaras del Congreso, con 44 legisladores más que los demócratas, pero su propio partido le jugó en contra. Las principales fuerzas del Grand Old Party no creyeron en que la misma habilidad que Trump tiene para las finanzas le sirviera para negociar la implementación de una ley con un evidente tinte político y económico. Derogar Obamacare significaba para Trump, en lo político, acabar con uno de los cinco logros más importantes de la Administración Obama, así como de su legado. 

En lo económico, suponía imponer más restricciones y obligaciones fiscales a las compañías privadas y aseguradoras de salud, lo cual incrementaría en un alto porcentaje el stock de los fondos federales, aunado a la reforma fiscal del 30 por ciento en aumento de impuestos que Trump prevé aplicar también. Eso representaba un impulso y un gran respaldo a esa otra promesa.

Tras haber prometido en dos ocasiones que se llevaría a cabo una votación en el Congreso para que se decidiera la aprobación o rechazo de su reforma a la Ley de Salud, ninguna de las dos sesiones se hizo. Ambas fueron canceladas, una el 23 y otra el 24 de marzo. Los líderes del Partido Republicano usaron su aritmética política y llegaron a la conclusión de que no contaban con la cantidad suficiente de apoyos, específicamente 215 votos, para que el proyecto de ley fuera aprobado.

Trump admitió la derrota y aseguró que Obamacare explotará, aun cuando su proyecto, al que ya denominan Trumpcare, generaría altos costos para las familias, pérdidas de 24 millones de seguros para esa cantidad de personas, impuestos por pólizas a personas de la tercera edad y financiamiento obligatorio desde el programa Medicare, el cual está destinado a los estadounidenses de bajos recursos.

La falta de consenso también fue clave para esta derrota. Así lo dejó entrever Paul Ryan, líder del Partido Republicano y presidente de la Cámara de Representantes. “Tratamos de llegar a un consenso, pero no lo hubo. En este momento estamos en un proceso para lograr consensos”, reconoció el legislador. Y es que la facción de legisladores republicanos del Freedom Caucus, de extrema derecha, arruinó la unanimidad del partido sobre la ley al poner en contra de esta a los 29 miembros que integran esa ala radical del GOP.

Otro obstáculo para Trump se encuentra en la falta de precisión que tuvo para delimitar los puntos de agenda, marcados por una reforma fiscal, un aumento del gasto militar, la construcción de un muro en la frontera entre EE.UU. y México y las restricciones a los refugiados e inmigrantes del Medio Oriente. 

El sistema de justicia del país, de corte claramente liberal, puede ser una piedra en su zapato. De hecho, ya lo es. La anulación de su decreto migratorio por jueces federales de Washington y Hawaii representó el primer punto tachado en su agenda. Los argumentos jurídicos que plantee la Corte Suprema de Justicia y las instancias judiciales esparcidas por el país podrían basarse en la poca viabilidad que proponen las medidas de Trump para la protección social, tanto en derechos fundamentales como en estatus y seguridad socioeconómicos.

Es así pues que, bajo esa premisa, el Poder Judicial estadounidense podría optar por anular otro intento de Trump de lograr la reforma de salud cuando ya existen problemas fiscales con Obamacare por el déficit de 350 mil millones de dólares en el que este incurre, según proyecciones de CNN Money. Es por ello que le acarrea más gastos al Estado que beneficios generalizados al promedio de la población.

Los alcances de Obamacare se extendieron tanto en Estados Unidos que la principal razón por la cual la reforma de la Ley de Salud de Trump recibió tantos rechazos en la sociedad civil es el temor a que su implementación generara como consecuencia que 50 millones de estadounidenses se quedaran sin cobertura médica, según la cifra aportada por una senadora demócrata.

Su reforma no planteaba la obligatoriedad en la adquisición de un seguro, sino más regulaciones impositivas sobre las compañías aseguradoras a fin de evitar los sobrecostos y la especulación en la oferta de las pólizas a los clientes de acuerdo a su capacidad de pago. Aún así, más impuestos a las aseguradoras privadas implicaban tarifas más altas que los estadounidenses amparados por Medicare y Medicaid, las dos principales del país, no hubieran podido costear.

El trasfondo político del sistema de salud en Estados Unidos es inocultable. La base del Partido Republicano se excedió en su confianza al especular con una inminente victoria en el Senado por tener dominio en ambas cámaras y en el Gobierno Federal, pero no contaba con el descontento de una facción ultraconservadora que no cree en las trabas burocráticas que vislumbran los planes de Trump, en este caso las fiscalizaciones y constantes restricciones tributarias sobre las aseguradoras para destinarlas a los fondos federales.

Y es que la falta de consenso en el GOP podría llegar a ser el mayor obstáculo al que Trump se enfrentará en su administración. Un obstáculo político, cuando se trate de tomar control discursivo sobre la realidad y las cuentas de su gestión. Pero también una traba legislativa si se trata de pasar por el Senado y la Cámara de Representantes todo proyecto de ley que implique reformas en infraestructura, impuestos, gasto militar, renegociaciones de tratados internacionales, renegociaciones de deuda externa, repatriación de capitales, acuerdos de inversión, creación de empleos, aumentos salariales, cambios al sistema educativo, etcétera. Trump no la tiene fácil. Los republicanos tampoco. Todo se decide en Washington.



Ricardo Serrano | @RS_Journalist

Comentarios

Entradas populares de este blog

Grandes personajes de la cultura Wayuu | Francisco Jiménez

L a cultura Wayuu es rica en todos sus aspectos, desde la parte socio-antropológica hasta la socio-cultural. Es interesante ver cómo el sistema de representación de este pueblo integra una serie de deidades importantes en su  universo mítico. La figura central es Maleiwa, Dios creador de los Wayuu y fundador de la sociedad. También están Maa y Juyá, esposos asociados a la generación de la vida. Maa, la madre Tierra, se asocia a la sequía, los vientos y algunos lugares que habita. Juyá, su esposo, es la gran lluvia de esas tierras. A pesar de esta gran majestuosidad y la  importancia que juega esta etnia en la  sociedad, se ha podido ver cómo han ido perdiendo el valor cultural que poseen, pues algunos  indígenas reniegan de sus propios orígenes; olvidándose así del  sentido de pertenencia y logrando de esta forma la deculturación . Cabe destacar que, aunque muchos indígenas niegan sus costumbres, existen  grandes personajes Wayuu que han colocado el nombre de la etnia en

Rocío San Miguel y la asfixia a la sociedad civil | Carlos Guerrero Yamarte

Rocío San Miguel ha sido recluída en El Helicoide, el mayor centrode tortura de Venezuela El fin de semana pasado y los posteriores días de carnaval en Venezuela se convirtieron en horas oscuras para la familia de la activista y presidente de la organización no gubernamental Control Ciudadano, Rocío San Miguel , quien fue arbitrariamente detenida el pasado viernes 9 de febrero en el aeropuerto internacional Simón Bolívar y luego resultó ser víctima de una desaparición forzada al igual que su hija Miranda Díaz San Miguel, dos de sus ex parejas y dos de sus hermanos. Pero la detención de Rocío San Miguel se convirtió en una estruendosa alarma para la sociedad civil venezolana que vio en su desaparición una arbitrariedad más que ha consternado al país y a la comunidad internacional, que volvió a conversar sobre la crítica situación de derechos humanos que atraviesa Venezuela, pues si el régimen chavista decidió silenciar a través de la persecución a una mujer que es experta en temas relac

Es hora de oxigenarse | Carlos Guerrero Yamarte

"El PSUV necesita irremediablemente una pausa, necesita oxigenarse, les urge volver a respirar y reinventarse" El chavismo como movimiento político y social ha fracasado. Es evidente. Pero ha fracasado porque ha decepcionado a sus propias bases; fracasó porque dejó de ser una esperanza para convertirse en una tragedia nacional. Aquel proyecto que en su momento encarnó Hugo Chávez es hoy el gran anatema que pesa sobre millones de personas que vieron en él una posibilidad de superación pero que, gracias a las desviaciones propias del autoritarismo, se transformó en una desgracia que urge detener. Los últimos acontecimientos en el país han dejado en evidencia, por enésima vez, las debilidades propias del sistema gobernante. En primer lugar, el chavismo ha seguido el guión de ruptura que siempre le ha servido para dividir a la oposición democrática, pero en estos momentos parece que no les funcionará; desde el poder han buscado detonar abstención y violencia, pero esta receta no