La minoría rohingyá sufre los brutales ataques del ejército birmano
El mundo ha salido de sucesivos holocaustos para entrar en otros peores, menores o de igual magnitud que los tristemente celebres de la historia. Esta vez la comunidad musulmana rohingyá, que es minoría en Birmania y Bangladesh, está sufriendo una feroz persecución, o como lo calificaría las mismas Naciones Unidas en un informe: una “limpieza étnica”.
El último dantesco número de victimas cifraba la situación en más de 1 000 musulmanes de la etnia rohingyá asesinados a manos del ejército birmano que no distingue entre hombres, mujeres, niños ni ancianos. Han cometido crímenes horrendos, desde masacres, violaciones masivas y lanzamiento de niños a hogueras, sin embargo, la comunidad internacional mantiene un indignante silencio ante una de las peores matanzas que se sigue cometiendo desde 1 978 cuando la junta militar tomó el poder y estableció en Birmania una feroz dictadura que aún sigue dejando grandes cicatrices.
Los llamados de organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional y Save the Children no han sido escuchados y la poca atención prestada por la premio Nobel de la Paz, actual canciller de Birmania, Aung San Suu Kyi ha provocado que 12 premios Nobeles hicieran publica una carta donde critican la indiferencia que Suu Kyi presta a los desamparados rohignyá.
Este no es un artículo cualquiera, es un mensaje directo a la comunidad internacional para que de manera inmediata atiendan la terrible situación de la minoría rohingyá que está siendo sometida a un brutal y horroroso apartheid que nos recuerda acontecimientos indeseados de la historia que, lamentablemente, estamos volviendo a observar con estupor e inacción.
Carlos Guerrero | @SrVenezolano
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