Desde hace 18 años el socialismo en Venezuela demostró que no funcionaba, su base teórica es una falacia de populismo y su práctica es de saqueadores y truhanes. No han logrado mantener un solo objetivo estable salvo el poder que controlan para despojar a los ciudadanos de sus libertades y hundir al país en la miseria más grande que algunos medios igualan a la de Zimbabue y con un margen de error mínimo.
Es terrible observar cómo el régimen socialista del PSUV ha catapultado a Venezuela a la pobreza, a ese sentimiento de perdida, de robo y de tristeza. El socialismo que alguna vez prometió “acabar con el sistema”, realmente instauró uno sistema de distribución equitativa de la miseria y con grandes cuotas de responsabilidad para aquellos que alguna vez creyeron o siguen creyendo en una promesa que se convirtió en pesadilla. El socialismo está muriendo y hay que darle el último empuje a su desgracia.
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