Las escaramuzas por el poder en el partido de gobierno son a muerte
Lo peor que le ocurrió al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) fue la muerte de Hugo Chávez, alias “El Comandante Supremo”, pues desde su melodramático sepelio en el Cuartel de la Montaña, las pugnas internas en su partido son el pan de cada día; por un lado están los grupos que piden que Maduro se vaya para darle una oportunidad al Chavismo y así permitirles que en el futuro no sean rechazados con tanta contundencia, por otro lado, muy mal posicionado, está el grupúsculo de Maduro, muy débil y fatigado por las críticas que desde las bases se escuchan y un poco más lejos se encuentran “los cabellistas”, liderado por Diosdado Cabello y Tarek El-Aissami, estos son los más ortodoxos chavistas que desean la renuncia de Maduro pero la permanencia del partido en el poder.
Nicolás Maduro se sabe derrotado, pero no solamente en el país, sino en su propio partido, pues los gobernadores militares están divididos entre los grupos moderados y ortodoxos de Diosdado y esto ha ocasionado que se prenda una batalla campal entre quién o quiénes deben estar al frente del PSUV en un inminente Referéndum Revocatorio contra el Sr. Maduro, al cual internamente le llaman “el hijo solo”.
Maduro ha movido piezas de su gabinete ministerial, piezas que realmente son importantes y que tienen su opinión sobre la situación-país, un ejemplo clarísimo fue haber sacado de la cartera de Comunicación e Información a Luis José Marcano para colocar a Ernesto Villegas, el primero, fiel a las órdenes de El-Aissami y el último un poco idiotizado sobre el proyecto bolivariano, elemento del que se aprovecha Maduro.
Ahora, los venezolanos deben estar atentos a lo que ocurre en el “partido de los alacranes”, como lo identifica la “Primera Combatiente”, Cilia Flores, pues allí tampoco la estiman por sus aires de “emperatriz”, pero manchada con sus narcosobrinos.
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