Nicolás Maduro no ha aprendido de los errores de su gobierno
Se comenta que la estancia en el poder suele dar lecciones a aquellos que lo ostentan y así contribuir a mejorar alguna situación determinada, pero el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no aprende ni aprenderá de los errores que él mismo ha continuado ejecutando sin el menor percate de reflexión.
Pareciera que Maduro estuviera mal asesorado o no se dignara a pensar por un instante por qué los habitantes del marginado barrio de Villa Rosa, en Porlamar, le hicieron correr con cacerola en mano; es que Maduro tampoco se ha sentado a descifrar el porqué los residentes de los edificios de la Misión Vivienda sacaban sus banderas blancas cuando la marcha opositora transitaba por Caracas el pasado 1 de septiembre.
Nicolás Maduro responde a cualquier crítica con radicalización y persecución, ¿será que la primera combatiente no le llama la atención?; Maduro comete error tras error y su única acción para “resolverlo” es “meter la pata” nuevamente. Desde la cúpula gubernamental no hay nadie que se atreva a darle una ayuda al trasnochado presidente para que, por lo menos, su deteriorada imagen ante el país suba un punto. Todo evidencia que Nicolás Maduro no ha aprendido y, obviamente, no aprenderá. Su destino es el fracaso.
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