Desde pequeños, nos han dicho que
"la familia es el núcleo de la sociedad", la cual nos compete
analizar en estos momentos debido a su estado actual gracias a los problemas y
dificultades que atraviesa el venezolano. A raíz de las dificultades económicas
que ha tenido Venezuela en los últimos años, se ha incrementado el desinterés
por el bien social debido al egoísmo o simplemente la falta de conciencia al
respecto. Es decir, nos hemos separado de ese deseo de unión, por un
sentimiento de autosuficiencia egoísta. Debo aclarar que no lo relaciono con
una ideología política, aclarando que soy liberal-radical-de derecha, sino
desde un punto de vista psicológico en cuanto a la conducta de los sujetos.
Un ciudadano adecuado para una
sociedad que busca un ambiente de progresividad debe ser aquel que fomente la
práctica de los valores y buenas costumbres respaldadas por las leyes y por la
población en general. En este orden de ideas, surge la inquietud de saber qué
ha sucedido con la preocupación del cumplimiento desde algunas normas legales,
hasta las morales, las cuáles se han perdido en la complicada situación por la que
atraviesa la nación.
Para Venezuela quiero y necesito ver algunas cosas. En primer lugar, se requiere de un cambio cultural, en el sentido de que actualmente no se aprecia la importancia de formarse como un buen ciudadano. Por ese sentido de pertenencia y supervivencia tan radicales, se ha perdido con el pasar del tiempo, el deseo del bienestar común. Debo recordar hasta este punto, que en principio no se trata de un juego de ideologías políticas, sino de mera sociología, aunque ambas se relacionen. En consecuencia, no se consigue ese propósito de igualdad y respeto mutuo que se necesita en una población para conseguir, precisamente, una respetable sociedad.
En segundo lugar, es determinante
saber trabajar la situación con los niños, niñas y adolescentes, debido a que
en manos de ellos se encuentra el futuro del país. Con respecto a ello, no se
quiere decir con esto que se deba ignorar la posibilidad de buscar que los
adultos sean parte fundamental de la construcción de una nueva ciudadanía. Todo
lo contrario, es necesario contar con un apoyo importante de esa parte de la
población para que, los menores de edad, no cometan los mismos errores. Es
decir, evitar que se sigan yendo por el mal camino y, con ello, que la historia
se vuelva a repetir. De igual forma, no se le puede culpar a una generación por
algo que no ha hecho.
En síntesis, para finalizar, lo que
quiero para Venezuela es un cambio radical de conciencia, donde los valores
sean el pilar fundamental en la formación y construcción de esa ciudadanía que
permitirá una sociedad próspera. De allí en adelante, resultará menos
complicado alcanzar los objetivos que se planteen en los demás ámbitos, sean económicos,
políticos o de otra índole.
Hay potencial y hay que creer en él.
El aspecto social es el núcleo y el comienzo de un todo.
María Viloria / @Maria_Viloria.
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