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Ética presidencial

Foto: Aristegui Noticias

“Fue hace 25 años”, “no es tan grave”, con argumentos absurdos como estos algunos intentan defender al presidente Enrique Peña Nieto ante las acusaciones de la periodista Carmen Aristegui, quien el pasado domingo reveló en una investigación, que por lo menos el 29 % de la tesis de titulación del presidente había sido plagiada de diferentes autores. Si bien el anuncio de la periodista Carmen Aristegui creó una gran expectativa sobre la revelación que haría sobre el presidente, esto no minimiza la trascendencia de la investigación, pues indudablemente el plagio realizado por el presidente de la república es un hecho grave, demuestra su falta de ética y honestidad, valores mínimos que esperamos tenga el responsable del gobierno de cualquier país.

El que haya un grupo de ciudadanos que minimiza las acciones del presidente resulta preocupante. Revela la gran crisis del sistema político mexicano, pues la gran parte de los que minimizan la noticia no lo hacen por apoyar al presidente, sino porque realmente no lo consideran grave. Se han acostumbrado a lo fraudes, los robos, las casas blancas y los nexos de los políticos con el narcotráfico, por ello consideran un plagio como algo “normal”. No entienden que, mas allá de que el presidente haya entrecomillado o no los textos de su tesis, esto revela la falta de ética y honestidad de quien toma gran parte de las decisiones del país.

Si bien es cierto que este tipo de “escándalos” ha llevado a la renuncia de diferentes funcionarios de primer nivel en otros países, no espero la renuncia del presidente. No lo hizo cuando la misma periodista reveló el grave conflicto de interés que se creaba con la Casa Blanca, tampoco cuando millones de mexicanos exigían su renuncia por la desaparición de los 43 normalistas y mucho menos lo ha hecho ante el grave fracaso de su gobierno y de sus reformas. EPN ha demostrado suficiente descaro para continuar al frente del gobierno a pesar de haber perdido toda legitimidad.



Alan Bañaga / @Alan_b96.

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