Si hay un equipo de trayectoria en lo que es la gran historia del fútbol, ese es el AC Milan de Italia. Su palmarés en Italia es de los más notables en dicho país, mientras que su vitrina de trofeos internacionales es una de las más importantes para el fútbol europeo, siendo el segundo equipo con más Champions League de la historia (7 trofeos) superado solamente por Real Madrid con su reciente undécima.
Pero a sus 116 años de fundado, el Milan ha ido demostrando que hay pozos que no tienen fondo, que puedes lanzar una piedra y jamás escuchar su sonido al caer, y que puedes ser un grande histórico pero pequeño en tu presente. Es el caso del Milan, el equipo del norte de Italia pasa por una de sus mayores crisis en toda su historia, pasando desde la intermitencia del puesto de DT, transitando por un cambio de dueños mientras que se hace poca inversión para volver a competir y llegando a un punto donde las competencias intercontinentales (donde ya el Milan lleva excluido tres temporadas) se hacen cada vez más complicadas de alcanzar nuevamente.
Muy lejano quedó aquel Milan de Shevchenko, Pirlo, Inzaghi, Gattuso y Maldini, o de cualquier otra leyenda que haya vestido la ‘rossonera’. Ni siquiera los regresos de Kaká y Boateng (ambos otra vez fuera del club) en sus respectivos tiempos sirvieron para levantar a un equipo donde parece que ni regresando a más nombres importantes, las cosas volverían a ser como antes, dando a entender que el problema va más allá de juego, es institucional, es moral.
Se empieza otra temporada para el Milan, donde ya tiene una victoria sufrida contra un equipo que en los papeles de la historia no era peligro para él, y una derrota contra el Napoli, denotando que el Milan sigue mostrando incapacidad de poder terminar de salir con la mano arriba contra los equipos grandes de su país.
Son tiempos de cambio, pero los tiempos de cambio deben tener un tiempo definido y el Milan anda en una transición que se ha vuelto un espiral infinito, sin sentar cabeza en que ya es momento de que se debe volver a ser quien alguna vez fuiste, el Milan tiene que volver a donde siempre estuvo, a donde merece estar, porque en el fútbol, los equipos históricos no pueden perderse, el fanático de este deporte a veces es cruel y tiene memoria corta, por tanto, los equipos deben darlo todo por callar esos pensamientos.
Hay un nuevo DT, hay nuevos dueños, pero todo parece seguir igual, los errores se siguen repitiendo, se siguen comprando jugadores de bajo perfil, se sigue siendo tímido con el presupuesto, se sigue jugando con nervios, con miedo. Hay grandes promesas en este equipo como Donnarumma, hay grandes jugadores ya consagrados como el colombiano Carlos Bacca, y lo más importante, hay una manada de fanáticos que se seguirían poniendo el cuchillo entre los dientes por el club de sus amores.
Pero si se sigue la misma tónica, si no hay una verdadera inversión y un cambio de mentalidad por parte de todos los que hacen vida en el AC Milan, el equipo rossonero seguirá siendo un gigante encogido.
Simón León / @SimonLeon94.
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