Como todos los venezolanos sabemos, un día como hoy, 5 de julio pero del año 1811, es declarada la independencia de Venezuela del yugo español, el cual tuvo al país bajo su obediencia durante 300 años, llevando a cabo prácticas políticas, culturales y sociales que suprimieron a los venezolanos durante dicho tiempo.
En conmemoración de tan importante fecha, es por ello que me permito escribir éstas líneas. En primer lugar para recordar porqué un hecho de esta magnitud es tan importante para un país, y en segundo lugar para que todos los venezolanos decidamos si retomamos el camino de la independencia y libertad o si seguimos el tránsito abismal de una utópica “Revolución”.
Como amante de la libertad que soy, y cuyos sentimientos se han afianzado durante mi formación como politóloga, celebro todo acto de libertad, más aún cuando se trata de festejar la independencia de una nación.
La independencia de un país es lo que lo hace soberano y libre ante todo el mundo; es ese derecho inquebrantable de sus ciudadanos de vivir según sus deseos y de respetar los anhelos de sus similares; es el pensamiento libre de sus habitantes y de las acciones de ellos, del país, sin ir más allá de lo que establezcan las leyes. Puesto que la independencia de un país es también respetar su máxima ley y las que se desprenden de ella, sin cometerle violación alguna.
En Venezuela, con el pasar de los años se ha ido perdiendo ese sabor de la independencia, poco a poco un gobierno que ha perdido toda credibilidad y legitimidad, ha estado mermando los deseos de libertad de todos los venezolanos.
Un país que es en demasiado rico en todos los aspectos, en la actualidad es irónicamente pobre, con una inflación que aumenta como la espuma y con un índice de pobreza que es cada vez más notable, nuestra nación se ha sumergido en un abismo de una utópica “Revolución” socialista, que llegó hace años a nuestra Venezuela rompiendo paradigmas y creando sueños en los venezolanos de que se suponía ser un país mejor.
No es necesario hacer hincapié en que las promesas de este Socialismo del siglo XXI, resultaron en una farsa total y que lo único que han logrado es hundir al país en una crisis humanitaria sin precedentes en nuestra historia.
Ahora bien, le pregunto a los venezolanos: ¿elegimos retomar esa independencia que nos dejamos arrebatar o seguimos el camino por el que nos hemos dejado llevar de la mano de la “Revolución”?
Por mi parte, y sé que muchas personas están de acuerdo conmigo, prefiero obviamente mil veces nuestra independencia; de la mano de este gobierno solo obtendremos más miseria y más muerte. Hemos llegado al punto de que en nuestro país no solo se producen muertes por la delincuencia, sino también porque no hay medicinas ni alimentos. Nuestros niños no comen bien, están desnutridos; la juventud ve más opaco su futuro y los adultos y ancianos no pueden vivir tranquilos ni llevar una vejez normal.
Venezuela, se ha convertido en un manojo de angustias, nervios, preocupaciones y estrés constante.
Estoy muy segura que más de la mitad de los venezolanos queremos un cambio de gobierno porque esto es inaguantable, se nos está yendo la vida en esta situación que día a día nos consume más.
Con total certeza afirmo lo anterior, ya que de ello me di cuenta el día que fui a validar mi firma para el proceso del Referéndum Revocatorio, el mar de personas que había cumpliendo con su deber y anhelando un cambio era extraordinario. Por tanto, sé que ganas sobran para salir de esta situación, solo nos falta un empujón que nos ayude para seguir el camino correcto, empujón que se podría lograr cuando las divisiones y diferencias entre los ciudadanos y los políticos que van al frente de este cambio queden a un lado y nos enfoquemos todos en nuestro principal objetivo: retomar nuestra independencia y ser libres de nuevo. Todos sabemos que es y será difícil, pero tenemos que lograrlo porque es nuestro deber.
Por último, quiero dejar como sugerencia y ejemplo de esto que estamos viviendo a todas las personas y países, fíjense lo que vivimos los venezolanos por causa de un utópico Socialismo del siglo XXI, este podrá ser aplicable pero no sustentable, y las muestras de ello lo estamos padeciendo cada día. No dejen que sus países caigan en situaciones como esta solo por seguir ideologías fantasiosas.
Dayana Cárdenas / @Tweeterologa_.
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