El pasado domingo 19 de junio en Oaxaca, se vivió un escenario que revive la idea del régimen autoritario, represor y violento que representa para México el PRI y sus gobiernos, maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y policías federales y estatales se enfrentaron durante una manifestación convocada por la CNTE y que concluyo con 10 muertos, decenas de heridos y 23 detenidos. Sin profundizar en los motivos de la manifestación y sin pronunciarme a favor o en contra de la reforma educativa o si estoy a favor o en contra de las exigencias de la coordinadora, puedo decir que los hechos ocurridos el pasado domingo son lamentables.
El pasado domingo en Oaxaca no hubo derechos humanos, no hubo Estado de derecho, no hubo un debido proceso, el pasado domingo Oaxaca reflejó lo que un régimen autoritario, violento y represor es capaz de hacer, vivimos las consecuencias de un régimen que no escucha, que no dialoga, que no acuerda, un verdadero régimen autoritario que no acepta que los ciudadanos puedan inconformarse y protestar, en Oaxaca se vivieron horas oscuras que repercuten en todo México y que deben unirnos en la exigencia de justicia.
Lo más lamentable de todo son las declaraciones expresadas por nuestros gobernantes, declaraciones como: “La PGR apoyará a la fiscalía general del Estado en la investigación”, “habrá coordinación entre la policía Federal y Estatal”, “Trabajaremos para identificar a los responsables”, declaraciones que no buscan solucionar el problema de fondo, para el gobierno el dialogo no ha sido un camino viable para la solución del conflicto, no entienden la raíz del problema y por lo tanto no podemos esperar que alguna de las acciones gubernamentales resuelvan el problema.
Alan Bañaga / @Alan_B96.
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