Fenómeno que se ve a menudo en el fútbol moderno. Lo que era algo impensable al inicio de la temporada, ahora es una meta que si no se consigue, se considera, incluso, como un fracaso la planificación deportiva y económica. Claro, pensamiento que nació tras una era de éxitos por parte de varios equipos. En los próximos días se definirá al campeón de Europa entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid. Pero este fin de semana, de antesala, se vio al Paris Saint-Germain, Bayern München, Juventus y al Barcelona alzar los títulos nacionales, es decir: Liga y Copa respectivamente.
La hegemonía del PSG dentro de Francia es algo inevitable desde hace unas temporadas para acá. A pesar de haber estado muy cerca de llegar más lejos en la Champions, el equipo no tuvo inconveniente en territorio propio. De la mano de Zlatan, el mejor jugador del conjunto parisino, consiguieron consolidarse con más títulos. Una magnífica forma de despedir al mencionado jugador que, a palabras de él, “llegó como un rey y se va como una leyenda”. Algunos rumores lo envían a Estados Unidos, Qatar e Inglaterra. Personalmente, espero que pruebe suerte en la Premier, liga que desconoce.
Hablando de despedidas, Pep Guardiola se marchaba de Alemania con otro doblete bajo el brazo, aunque sin éxito en Champions. Sufrió como ninguno en la final frente al Dortmund. Tanto así, que el trofeo se definió por penales, otorgándole la oportunidad al español de levantar otro título. Literalmente, Lahm, capitán del Bayern, le permitió y otorgó el honor de levantar la Pokal y hacerla suya. Un momento inolvidable para Guardiola, que suma otro título con la mente en el Manchester City, un nuevo reto para él.
Hablando de despedidas, Pep Guardiola se marchaba de Alemania con otro doblete bajo el brazo, aunque sin éxito en Champions. Sufrió como ninguno en la final frente al Dortmund. Tanto así, que el trofeo se definió por penales, otorgándole la oportunidad al español de levantar otro título. Literalmente, Lahm, capitán del Bayern, le permitió y otorgó el honor de levantar la Pokal y hacerla suya. Un momento inolvidable para Guardiola, que suma otro título con la mente en el Manchester City, un nuevo reto para él.
Por otro lado, está la Juventus, harta de ganar títulos en Italia. Tres de las copas se definieron en tiempo extra, y la Juve no fue la excepción. Ganó gracias a un gol de Morata en el tiempo extra y consiguió lo esperado: otro doblete a casa frente al AC Milan que no lo colocó tan fácil. La Juventus supo afrontar las salidas de jugadores como Vidal, Pirlo o Tévez e incorporó correctamente a jugadores que le ofrecieron alternativas y dieron resultado, como es el caso de Dybala. Eso sí, para la temporada que viene se puede esperar más de ellos a nivel europeo.
Por último, el Barcelona también consiguió llevar la Copa, en su caso del Rey, frente al Sevilla. Partido complicado desde el momento en que se conoció al rival. Sin embargo, los catalanes cumplieron con creces ante el reto, incluso jugando con 10 jugadores desde el minuto 35 del partido. Posteriormente, el Sevilla se quedaría con 10 jugadores igualmente en el minuto 85 y en el extratiempo llegaría a 9. Un gol de Alba al palo opuesto del arquero y otro de Neymar tras dos caricias de Leo Messi, repetirían el título y tras conseguir un triplete en 2015, lograrían un doblete en 2016. Un doblete que para ningún equipo, en mi opinión, deja mal sabor en boca.
María Viloria / @Maria_Viloria.
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